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Voladores de Tamaletóm Una experiencia mística
Danzantes del cielo, cuerpos que dibujan círculos en el aire desafiando todo peligro, tradición milenaria, rito y mito, los voladores de Tamaletóm son en la actualidad un tesoro de nuestro país, un ejemplo claro de identidad, belleza y misticismo. Declarados Patrimonio Cultural Intangible del Estado de San Luis, los voladores surcan el cielo con el afán de conectar con aquello que rige la tierra y realizar, como lo hicieron sus ancestros, la danza del gavilán por la que ascenderán hasta el cielo para conectarse con el dios Sol. Previo a esto, las cinco personas que protagonizan esta ceremonia, saludan a los cuatro puntos cardinales, una ofrenda está depositada en la base del mástil por el cual subirán para realizar el vuelo. Con la música del tambor y el carrizo, estos danzantes del aire van subiendo por un mástil que llega a veces alcanzar los 18 metros de altura.
Fertilidad y buenas cosechas
Vestidos con camisa y pantalón de manta, con cintas de color amarillo y verde, la danza del gavilán se realiza en favor de la fertilidad y las buenas cosechas; pero, antes de llegar a este punto, la preparación involucra todo un proceso de ayunos, danzas, ofrendas y la búsqueda del mástil o palo que ha servir para que el acto ceremonial se lleve a cabo. Dicho mástil representa el centro de la tierra o también el medio por el cual uno se comunica con el inframundo. Poseedora de un gran simbolismo, esta tradición que va de familia en familia es un referente cultural de la Huasteca.
El sitio que da origen a esta danza peculiar es Tamaletóm, una comunidad téenek del municipio de Tancanhuitz, que está a poco más de 50km de Ciudad Valles, estamos hablando de casi 50 minutos de viaje.
Como podrás ver, tu aventura en esta región se ve enriquecida no sólo de bellezas naturales, sino también de cultura, de tradición e identidad.