CREATIVIDAD | Autómatas increíbles y hasta con vida
Hoy día, hay máquinas para casi todo: hacer libros, fabricar telas, cortar vidrio, etc. Tal vez para algunos las máquinas significan menos trabajo o menos costos. Otros pensamos que los inventores sólo se divierten.
La palabra autómata procede del griego automatos, que significa “espontáneo o con movimiento propio”. Un equivalente hoy serían los robots autónomos (por cierto, la palabra “robot” quiere decir en checo “trabajo duro”).
Pero los autómatas vienen de muy lejos. En la Grecia antigua ya había algunos a base de poleas que hacían cosas como despachar vino, por ejemplo.
Uno de los autómatas más increíbles que hayas podido ver es el que aparece en la película “La invención de Hugo Cabret”, que dibujaba por sí solo. Y en realidad existió, ¡desde el siglo XVIII!, gracias al asombroso relojero Pierre Jaquet-Droz, quien construyó tres autómatas fascinantes: La pianista, de 2 mil 500 piezas que tocaba el piano; El dibujante, de 2 mil piezas, capaz de realizar cuatro dibujos diferentes; y El escritor, de 6 mil piezas que escribía textos en inglés y francés.
A veces es increíble hasta dónde llevan algunas personas su pasión por desarrollar cosas nuevas
Por fortuna, los inventores no han dejado de soñar. Y ahora hasta crean vida. Como Theo Jansen, quien diseña animales de playa con tubos de PVC que pasean sobre la arena impulsados por el viento.
Dice él que “un par de años más y estas criaturas vivirán por ellas mismas en la orilla del mar. Quién sabe. Quizá un día decidan adentrarse al mar y no sabremos hasta dónde llegarán a evolucionar”.
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