El verano es la época vacacional por excelencia. La mayoría toma las vacaciones en julio y agosto. Los destinos se eligen en función de los días libres, del presupuesto y de la familia.Sea cual sea tu plan, desconecta… y disfruta.
Pero antes adentrarnos al tema de la Vacaciones, definiremos su significado.
Se denominan vacaciones: a los días dentro de un año en que personas que trabajan o estudian, toman un descanso total o el receso de su actividad en un período determinado, exceptuando feriados. Existe principalmente para prevenir estrés u otras patologías, además de algunos criterios, fomenta la productividad en el resto del año.
Tomamos un respiro, desconectarse y embarcarse en unos días de vacaciones es fundamental para recuperarnos del ajetreo que nos ocupa todo el año. Es bueno para nuestra salud física y bueno para nuestra mente. En verano, el calor y la humedad hacen que nuestro rendimiento en el trabajo baje con respecto a otras épocas del año. Por eso es un buen momento para tomarse un respiro. Ya sea una semana, quince días o el mes entero, la ruptura con el trabajo y el cambio de rutina es muy positivo para toda la familia. Los expertos aseguran que para desconectar de nuestras obligaciones necesitamos como mínimo tres semanas. Es el periodo que empleamos en cambiar nuestros horarios, alejarnos de las presiones y centrarnos en nuestro nuevo entorno.
Cada individuo entiende las vacaciones de una manera personal y distinta. Lo que para una persona puede significar descansar y pasarlo bien, para otra puede ser una auténtica tortura. En general, en lo que coincidimos, es en lograr una sensación de relajamiento y placer. Descansar durante las vacaciones es un placer que algunos se toman al pie de la letra. Pero eso no significa estar todo el día tirados o durmiendo, sino sustituir las tareas y obligaciones habituales por otras actividades que nos produzcan placer, y que el resto del año no podemos emprender por falta de tiempo. Por ejemplo, leer un libro, dar largos paseos, jugar con los hijos, organizar excursiones, comer fuera de casa, ver a los amigos y familiares con mayor frecuencia, dedicar tiempo a mimarte, hacer deporte, ver una puesta de sol en la playa y muchas cosas más.
Las vacaciones son también momento de excesos u olvidos que pueden afectar a nuestra salud. Hay que procurar cumplir cuatro pautas fundamentales:
- Comer de manera equilibrada, al menos cuatro veces al día.
- Dormir lo suficiente, es la mejor manera de reponerse del esfuerzo realizado durante el resto del año.
- Procurar cambiar de entorno, de esta manera se logra desconectar antes.
- Permitirse el ocio sin tener cargo de conciencia por no estar haciendo algo productivo.
Preparar tus vacaciones
Planificar con antelación las vacaciones tiene una gran ventaja: nos permite disfrutar plenamente del lugar de destino y aprovechar al máximo nuestro tiempo de descanso. Sólo o acompañado, por nuestra cuenta o en viaje organizado, playa o montaña, tren o avión, hotel o camping, demasiadas opciones para tomar la decisión en el último momento.
Cada viaje es una experiencia única que no podemos dejar a la improvisación. Un año entero esperando la llegada de las vacaciones de verano, es motivo suficiente para planificar con antelación dónde y cómo queremos pasar nuestro merecido periodo de descanso.
La primera decisión es resolver y elegir el lugar de destino. A la hora de elegir destino debemos tener en cuenta tanto las condiciones locales – infraestructuras, clima, seguridad, si existe riesgo sanitario, presupuesto económico. Cuanta más información recabes sobre el destino – su historia, su naturaleza, el modo de vida y costumbres de sus habitantes – más disfrutarás de tus vacaciones.
¿Sólo o acompañado?
Una decisión que, muchas veces, viene de forma obligada – pareja, hijos, amigos –. Los grandes viajeros coinciden en que el viaje por excelencia es el viaje en solitario: enfrenta al viajero consigo mismo y potencia la relación con los lugareños y con otros viajeros.
¿Independiente u organizado?
La falta de tiempo y las sugestivas ofertas económicas de las agencias de viajes provocan que cada vez sean más las personas que deciden apuntarse a viajes organizados, de estancia o combinados.
Ahora sí a pensar detenidamente en nuestro destino para disfrutar y descansar un poco de la rutina diaria.
Para evitar problemas, debemos leer con cuidado las condiciones que figuran en el contrato de viaje, que debe formalizarse por escrito, y conocer nuestros derechos para poder reclamar en caso de incumplimiento por parte de la agencia.
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