Personaje indiscutible del cine de misterio y de intriga. La capacidad del cineasta Alfred Hitchcock para aplicar recursos narrativos innovadores al servicio del suspenso tuvo una importancia fundamental para el desarrollo del lenguaje cinematográfico moderno. Con un dominio excepcional de las técnicas cinematográficas, realizó películas que mantienen al espectador en un constante estado de tensión y que lo llevan a vivir apasionadamente lo relatado en la pantalla. El Mago del suspenso unió tramas de gran solidez con imágenes de excepcional fuerza expresiva, reunió la calidad con el éxito comercial y dejó una de las filmografías más brillantes e influyentes de la historia.
Alfred Hitchcock nació en una población entonces cercana al nebuloso Londres de Sherlock Holmes, Jack el Destripador y Scotland Yard, y que hoy es un distrito del East End de la capital británica. Sus padres, William Hitchcock y Emma Jane Wehlan, eran dueños de un negocio de comestibles y su familia gozaba de una estabilidad económica.
Para Hitchcock, su padre era el típico comerciante del East End, que tenía el orden, la disciplina y la rigidez en la cima de sus valores. Así, el autoritarismo y la rigurosidad moral presidieron la educación de Alfred. De aquí parte el interés del director por el tema de la culpa, propagado en todos sus filmes y esquema común de la trama profunda de sus historias, normalmente como una insignia sobre el pecado y la redención.
Cuando tenía cuatro o cinco años, su padre lo mandó a la comisaría de policía con una carta. El comisario la leyó y lo encerró en una celda durante algunos minutos diciéndole: “Esto es lo que se hace con los niños malos”. Nunca comprendió la razón de esta broma siniestra, porque su padre lo llamó su “ovejita sin mancha”, y vivió una infancia disciplinada, aunque algo excéntrica y solitaria.
En su adolescencia leía con voracidad revistas de cine, no se perdía las películas de Chaplin, Buster Keaton, Douglas Fairbanks y Mary Pickford. Pudo disfrutar las películas mudas, cuando éstas constituían una auténtica revelación de las ilimitadas posibilidades del cine. Años después le impresionó un film de Fritz Lang, Der müde Tod (Las tres luces), historia fantástica que desarrolla el tema romántico de la lucha entre el amor y la muerte, mediante tres episodios que suceden en China, Bagdad y Venecia. Al mismo tiempo mantenía su afición por la lectura.
“Es muy probable que fuera por la impresión que me causaron las historias de Poe por lo que me dediqué a rodar películas de suspenso. No quiero parecer inmodesto, pero no puedo evitar comparar lo que he intentado poner en mis filmes con lo que Poe puso en sus narraciones”.
Alfred encontró trabajo al cabo de poco tiempo en las oficinas de la Henley Telegraph and Cable Company, en donde revisaba los tamaños y los voltajes de los cables eléctricos. Sin embargo, como esta ocupación no le gustaba, al cabo de unos meses logró que le trasladaran al departamento de publicidad. Con ese trabajo creativo se forjó cierto prestigio, a pesar de su juventud.
En 1920, a los 21 años, Hitchcock, cuya afición al cine había ido creciendo, leyó en una revista que una compañía cinematográfica estadounidense, la Famous Players-Lasky, iba a instalar unos estudios en Londres. No lo pensó dos veces y se presentó en las oficinas de la Famous con unos bocetos de decoración para películas mudas que había diseñado con la ayuda de su jefe en el departamento de publicidad de la Henley. De inmediato, la compañía lo contrató como diseñador de rótulos y decorados. El primer año trabajó de rotulista en varias películas, y al año siguiente consiguió que le fueran encargados los escenarios y los diálogos menores de nuevos filmes. Los escribió bajo la dirección de Georges Fitzmaurice, quien también le inició en las técnicas de filmación.
En 1923 el actor, guionista y productor Seymour Hicks, le ofreció que codirigiera un filme menor, Always tell your wife, y poco después colaboró en el rodaje de una película inconclusa por falta de presupuesto, Mrs. Peabody. Eran sus primeras experiencias cinematográficas. En 1925, le propusieron dirigir una coproducción anglo-alemana titulada El jardín de la alegría (The pleasure garden). Era su primera oportunidad como director. El resultado, al parecer, agradó a los directivos, porque aquel mismo año dirigió otros dos filmes, El águila de la montaña (The mountain eagle) y El enemigo de las rubias (The lodger). Las tres se estrenarían en 1927.
Hitchcock trabajó para Michel Balcon, que había fundado la productora Gaumont-British. A partir de entonces empieza la gran época del cine de Hitchcock, la época de los grandes títulos de su filmografía, una etapa dorada de creación ininterrumpida que duraría hasta el fin de sus días. La primera película que hizo con la nueva productora fue El hombre que sabía demasiado (The man who knew too much, 1934), una obra de arte del cine de suspenso que fue elegida por la crítica como la película del año en Inglaterra.
Le siguieron otros títulos fundamentales de su filmografía: 39 escalones (The thirty-nine steps, 1935), Agente secreto (The secret agent, 1936) y Sabotaje (Sabotage, 1936), todos ellos filmes ya clásicos en los que la trama y la intriga lograban crear una tensión psicológica como nunca se había visto en el arte cinematográfico, y en los que la fuerza expresiva de las imágenes mezclaba con genial sabiduría la acción y los apuntes psicológicos de los personajes. Todo ello se rodeaba a menudo de un trasfondo metafísico-existencial en el que se concebía el amor de un modo romántico y redentor, y en el que la delimitación entre el bien y el mal y la conciencia de pecado no estaban exentas de cierta fascinación divertida por los malvados. Hitchcock era humanista y satírico a la vez, sádico y con un particular sentido del humor.
A comienzos de los años cincuenta, con su reputación cinematográfica por las nubes, estrenó películas que confirmaron su fama en el mundo entero, como Atormentada (Under Capricorn, 1949), Pánico en la escena (Stage Frigth, 1950) y Extraños en un tren (Strangers on a train, 1951), un éxito rotundo.
En 1960 llegó Psicosis (Psycho), uno de sus éxitos más aclamados y polémicos. Superando a sus obras anteriores, la película conmocionó la mentalidad de la época e inauguraba el género del suspenso de tema psiquiátrico, el llamado thriller psicológico.
A sus 76 años, Hitchcock padecía de artritis y su corazón estaba delicado. En 1976 el director sufrió un colapso. Durante los años siguientes sus colaboradores trataban de mantenerle el ánimo alto y le visitaban con frecuencia, intentando alejarlo de los rumores periodísticos sobre su alcoholismo y su envejecimiento progresivo.
Pocos meses después, la mañana del 29 de abril de 1980, fallecía el maestro y el genio del cine de terror, de suspenso y de misterio, un hombre que creó un estilo y un mundo propios como pocos directores lo lograron a lo largo de la historia del cine.
DATO CURIOSO: A veces ofrecía a los amigos uno de sus números cómicos particulares: Hitchcock, que pesaba más de 130 kilos, aparecía desnudo de cintura para arriba, con un marinero pintado en la inmensa barriga, que agitaba rítimicamente mientras silbaba. En una ocasión se vistió de mujer y grabó su actuación. La cinta, que conservó toda su vida, sería exhibida en 1976 en una sesión privada en los estudios de la Universal Studios.
Nombre del personaje:Alfred Joseph Hitchcock
Fecha de nacimiento: 13 Agosto 1899
Origen: Leystone, Londres. Reino Unido.
Actividad: Cineasta Época: Contemporánea
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