Las barberías, sitios de reunión | ESPACIOS
Sitios de reunión, lugares perfectos para la convivencia y las pláticas de futbol o de política, y, por supuesto, los espacios indicados para cortarse el cabello o la barba, las barberías han formado parte de la sociedad durante mucho tiempo y han ayudado a construir el diálogo entre las personas. Es decir, que además de atender la imagen y el aspecto de sus clientes, las barberías han sido desde tiempos remotos, centros interactivos en donde uno puede desahogarse de las presiones del trabajo o simplemente platicar sobre algún deporte o los acontecimientos sociales que están a la orden del día. Pero, ¿qué se ha conservado desde sus inicios y qué ha cambiado con el paso de los años? Para explicar esto habría que adentrarse un poco en sus orígenes.
Todo esto nos hace remontarnos a civilizaciones antiguas como Grecia y Roma, en donde los barberos ocupaban un lugar especial en la cotidianidad de las clases altas. Eran los encargados de cuidar el aspecto de las personas y de alguna manera, mantenían el canon estético de aquel entonces. Así, pues, los barberos, con una peculiar variedad de cuchillos especiales, cortaban el cabello, las uñas, y afeitaban, a la par de que su espacio de trabajo era utilizado para intercambiar puntos de vista acerca de su cotidianidad o sobre temas que aquejaban a la población. Pero, en la Edad Media, el oficio de los barberos tuvo una variante inesperada para muchos, y es que fueron utilizados como cirujanos, esto debido a su destreza con las manos y los cortes. De hecho, ver a baberos tomando clases o impartiéndolas, en los colegios de cirujanos, era algo muy común en esa época.
En la actualidad las cosas han cambiado un poco, en las barberías, a menos en la mayoría de los rincones de México, ya no se hacen cirugías, pero sí otro tipo de actividades. A la par del movimiento de las tijeras, se realizan tatuajes, venta de cervezas, de pizzas, hamburguesas, spas, juegos de mesa o de billar, reikis, proyecciones de películas, yoga, etc. La variedad es tan amplia que a veces puede abrumarnos. A pesar de eso, las barberías conservan su función primordial y sobre todo su apertura al diálogo con el prójimo. Cortarse el cabello, o la barba, es también acercarse a la opinión del otro. æ
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