Transilvania es una región que está  ubicada en la parte central de Rumania, junto a los Montes Cárpatos. Es extensamente famosa por el sanguinario príncipe Vlad Tepes, de quien deriva el mito del Conde Drácula. Transilvania es sinónimo de todo lo fantasmagórico.

En ella se esconde una increíble leyenda amparada en un importante momento histórico para el país europeo. El color verde de sus bosques ha dibujado formas secretas y ocultas, llevando a los aficionados a crear magníficas historias, producto de dejar volar su imaginación, vigentes hasta el día de hoy e inspiradoras para la realización de libros, películas y obras teatrales.

El paisaje de la región es también muy característico debido a su relieve montañoso, sus espesos bosques, sus misteriosos castillos y memorias de una historia agitada.

Es el hogar de algunas de las ciudades medievales europeas mejor conservadas, sobre todo Brasov, con la arquitectura del Viejo Saxon y las ruinas de la ciudad; Sibiu, con sus calles empedradas y casas con colores pasteles, y Sighisoara, adornado con una ciudad en la colina.

Recorriendo las destacadas

ciudades de Transilvania

La capital de Transilvania es la pequeña ciudad de Cluj-Napoca. De fuerte influencia húngara muy presente en su arquitectura; algunos de sus puntos importantes son: el Palacio Banffy, de estilo barroco tardío, Sfäntul Mihail (San Miguel), la iglesia católica más grande del país. Cabe destacar que la ciudad es uno de los más importantes centros académicos, culturales, industriales y de negocios en Rumania. Entre otras instituciones, alberga la universidad más grande en el país, la Universidad Babes-Bolyai, con su famoso jardín botánico y de renombre nacional.

La ciudad está rodeada de bosques y pastizales por lo que es muy visitada por los amantes de la naturaleza. A esto se suma que allí se encuentran las dos reservas botánicas: Clujului Fânaţele y Rezervaţia Valea Morii, donde habitan una variada fauna como jabalíes, tejones, zorros, conejos y ardillas.

Y para los que gustan de los deportes de invierno, nada mejor que una visita a Feleac Hill, una estación de esquí convertida en un centro turístico de invierno que dispone de iluminación al aire libre, nieve e incluye dos pistas de esquí, para principiantes y esquiadores avanzados.

Sighisoara, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, es la gran visita ineludible. Aquí se encuentra el Castillo de Bran, uno de los mayores atractivos de Transilvania, ya que allí vivió el cruel Vlad Tepes. Adentrarse por el lugar es dejarse envolver por la leyenda de Tepes, gracias a la perfecta conservación de la campiña del castillo. El palacio  no deja de ser uno de los más bonitos del mundo ni pierde un gramo de su aura terrorífica y siniestra. Estar cerca de este castillo es adentrarse en el mundo de la leyenda de Drácula que continúa vigente. Las calles aledañas adoquinadas le dan un carácter medieval y realmente misterioso. Es un lugar para visitar, disfrutar de todo el misterio e incluso para tener algo de miedo y vivir todo el misterio de la leyenda de Drácula desde su sitio de origen. Es un lugar sólo para valientes dispuestos a acudir a la morada del Conde Drácula.

Sinaia, antigua residencia de verano de los monarcas, también contiene una de las imágenes más famosas de Transilvania: el Castillo Peles, otra de las residencias de Vlad Tepes. Otros puntos de interés son el Monasterio, el Castillo Pelisor y el teleférico que lleva a las montañas.

Otra de las ciudades medievales mejor conservadas es Brasov, segunda ciudad del país, situada a los pies del monte Postavaru y cuya mayor atracción es la Iglesia Negra (con sus 89 metros, es el monumento más alto entre Viena y Estambul). Desde allí, se puede hacer una rápida escapada al pequeño pueblo campesino de Rasnov, un idóneo final para el viaje a uno de los parajes más fascinantes de Europa del Este.

Dos sitios son famosos en el área de Transilvania: el Castillo Corvin y el Castillo Bontida. El primero está embrujado por los espíritus de prisioneros turcos que fueron forzados a cavar con sus propias manos. También por una dama de blanco, aparentemente una noble asesinada por su esposo con una estaca de hierro que le clavó en la cabeza (la descubrió haciendo el amor con un sirviente).

Junto a Transilvania se ubican los Montes Cárpatos que hacen de este lugar mucho más tenebroso de lo normal. El paisaje es realmente hermoso y bastante montañoso. Además destacan espesos bosques de la zona que también son muy característicos por su carácter sombrío y misterioso.

La herencia multiétnica de Transilvania se manifiesta encantadoramente  en el vestuario de la gente, en la arquitectura, en su gastronomía, en la música y en sus festivales. Sus tradiciones coloridas están vivas en los pequeños pueblos de Transilvania. Los nativos todavía se ganan la vida mediante oficios consagrados tales como pastores, tejedores, herreros y carpinteros.

Para degustar el paladar

En la cocina local existe una gran variedad de sabores, con platillos condimentados con tomillo, la pimienta roja o estragón. Carnes como el cerdo, cordero, ternera, son algunos de los ingredientes más populares en la cocina de Transilvania. Otro de los platillos fuertes es la sopa de fasole (alubias).

Rumania es uno de los principales productores del mundo de la col (varza). Es imperdonable abandonar la región sin probar el delicioso “V Arza al estilo de Cluj”, la versión rumana de lasaña, preparados a partir de varias capas de repollo rallado finamente -fresco o agrio- y carne de cerdo o de ternera picada mezclada con arroz y tocino, y cocida en el horno. También se come mucho sarmale, rulos de col que envuelven arroz, ajo y carne picada.

Pero si algo los distingue, son los codillos asados y sobre todo por los michs, que son una especie de choricillo de carne picada con algunos ingredientes que le agregan, que si es de los que les gusta la carne, no deje de probarlo.

Exquisitas bebidas

Transilvanos hacen su contribución particular – no sólo en la producción de los artesanos, agradables y olorosos  vinos, sino también en los sofisticados licores dobles: palinca, horinca y Rachie (variedades de brandy). Estos están hechos de frutas, especialmente ciruelas, manzanas y peras, envejecidos en barricas de morera, adquiriendo un color dorado y un sabor a menudo rivaliza con whisky.

Descanso placentero

La mayoría de los hoteles están muy cómodos y a muy bajos precios, aunque a veces es preferible dormir en casas de montaña por $180.00 pesos por día. Allí se puede disfrutar de toda la naturaleza y la ciudad a pocos kilómetros.