Es probable que ya hayamos escuchado hablar sobre las azoteas verdes como una nueva relación entre paisajismo y arquitectura.

El estar en contacto con la naturaleza en las grandes ciudades es difícil de lograr. Rodeados de cemento, acero y cristal es muy sencillo olvidarse del relajante verde de las plantas.

Países como Canadá y otras partes del mundo están comenzando a establecer como mandato que los techos de edificios sean verdes, es decir, que sus cubiertas tengan cualquier tipo de vegetación, árboles, hierba, etc.

Un techo que se cubre con vegetación es al menos un 10% más costoso de construir que un techo tradicional, pero puede duplicar su vida útil. En el largo plazo, un techo verde ofrece beneficios a su propietario, a los servicios de la ciudad y el medio ambiente.

Los techos verdes son una opción para contar con hábitats urbanos alternativos, conservando la biodiversidad, generando un equilibrio entre áreas edificadas y áreas verdes. Esto generaría una mejoría real para la sociedad y  medio ambiente.

¿Cómo puede beneficiarnos?

Vida útil y modera el calor:

Durante el día la temperatura varía, lo que hace que los techos suelan expandirse y contraerse. Esta continua expansión y contracción reduce la vida útil de una azotea. Las azoteas verdes absorben y reflejan el calor, lo que aumenta significativamente su vida. Expertos aseguran que los techos verdes raramente alcanzan temperaturas por encima de 27°C, mientras que los techos de asfalto negro a menudo llegan a temperaturas de alrededor de 71°C durante el verano. Un techo de vegetación es mucho más frío, menos calor se transfiere a la habitación de abajo y por lo tanto aporta a una menor demanda de aire acondicionado.

Desagüe: Disminuye significativamente el escurrimiento de agua, provocada por las lluvias.

Mantiene el techo en buenas condiciones hasta 20 años más que un techo tradicional, por protegerlo de daños mecánicos y ambientales. Con esto hay una disminución en los gastos de impermeabilización.

Aislamiento acústico al disminuir el ruido ambiente.

Capturan las partículas suspendidas en el aire, como el plomo, que son fijadas en la planta para no reincorporarse a la atmósfera.

Tener un lugar de relajación donde se generan verdaderos ecosistemas urbanos convirtiéndose en un refugio para una variada fauna.