Los niños y jóvenes que ahorran suelen ser más eficientes en la administración de sus gastos. En suma, se sienten con mayor seguridad y dan, también, menos lata. Por ello, es importante fomentar el hábito del ahorro en nuestros hijos, para que al llegar a adultos no pasen las de Caín, como hemos hecho bastantes de nosotros.

1. Cochinito.  El primer paso es tener un lugar bonito y ordenado para conservar el dinero que gana o le asignamos para sus pequeños gastos. Ayúdalo a fabricar su propio cochinito con una lata o un bote de plástico. O compren uno de barro y píntenlo a su gusto.
2. Meta de ahorro. Establezcan una meta de ahorro: pueden empezar con algo sencillo como un juguete o, si prefieren, un viaje. Lo importante es establecer una cuota de ahorro (diaria o semanal) y cumplirla. Llevar un control en una pizarra o cuaderno puede ser un buen estímulo visual.
3. Meta en conjunto. Lo mismo que el punto anterior, pero tú también tendrás que participar. Es decir, predica con el ejemplo. Y de paso, construyen un proyecto juntos.
4. Asígnales un presupuesto. Deja que se hagan responsables de una parte de sus gastos, siempre que cumplan con sus deberes domésticos y escolares (tender la cama, lavar los trastes que ensucian, hacer la tarea), para que controlen su ahorro. Ojo: no les pagues por hacer lo que es su deber.
5. Motívalo a ganar algo de dinero extra. Vender cosas en buen estado que ya no usen o alguna golosina como paletas de hielo es una excelente idea. Los hace responsables y evita que todo el dinero del ahorro tenga que salir exclusivamente de tu bolsa.