El despertar en Río es como una carta de amor. Cada día nace bello y con expectativas. Pocas ciudades como la llamada Ciudad Maravillosa nos recuerdan a cada instante el inmenso gozo de estar vivos.

Todo en Río es motivo de conversación en el resto del mundo: sus jardines, sus playas, sus museos y centros culturales, sus helados, sus calles y viejos barrios, su vida nocturna y su gastronomía. Pero probablemente nada de eso sea tan famoso, desde 1931, como su estatua del Cristo Redentor, de 38 metros de altura (sin contar su pedestal de 8 m), en el mirador del Cerro del Corcovado. En 2007 fue elegida como una de las Nuevas Siete Maravillas del Mundo Moderno.

Caminar en el Jardín Botánico y sus callejones es uno de los planes favoritos para amanecer en la Ciudad Maravillosa. Con sus 54 hectáreas, es uno de los sitios favoritos para los residentes de la zona, pero también para quienes la visitan por primera vez.

Otro de los atractivos famosos de Río es su playa. Por lo menos desde que Tom Jobim y Vinicius de Moraes dejaron al mundo intrigado con su Chica de Ipanema. Y no se puede negar que, además de hermosa, la playa de Ipanema tiene una energía contagiosa. En el paseo marítimo hay gente en bicicleta, caminando, corriendo, en skate. Los fines de semana está cerrado al tráfico de coches en la mañana.

En la calle Dias Ferreira, en Leblon. Hay un restaurante tras otro, todos encantadores y listos para conquistar con su oferta gastronómica. Ahí convive por igual la llamada alta cocina con la cocina tradicional de Brasil, ajena a las modas y con los platillos sabrosamente generosos que nos gustan a los latinoamericanos.

Y dado que no se puede comer y beber todo el tiempo (aunque en Río dan ganas), se puede alimentar el espíritu visitando las librerías de la misma calle. O el imperdible Espacio Tom Jobim, que preserva tanto el archivo digital del maestro como el de Dorival Caymmi y Chico Buarque. O la Casa Daros, el museo de arte contemporáneo de la ciudad. O los Jardines de Burle Marx: un espacio cultural para exposiciones de arte, con cine, biblioteca, auditorio, cafetería, tienda y taller de artes.

Por último, la noche en el barrio de Gávea es famosa como un lugar para disfrutar de la fiesta (y el ligue). Y a menos que vengas de otro planeta, pensamos que no hace falta describir la intensidad de una noche de fiesta en Brasil. Pero es una bomba, no lo dudes.

Brasil es desde luego mucho más que Río de Janeiro (no por nada es el coloso de América del Sur y el quinto país más grande del mundo); e internarse en sus más de 8 millones de km2 revelará otros paisajes, otras fiestas, otros folclores, nacidos todos de su singular diversidad cultural. Pero no hay ninguna otra ciudad como Río a lo ancho y largo de éste, otra vez y siempre, maravilloso mundo.

IMPERDIBLE: Laguna Rodrigo de Freitas, el mayor centro gastronómico de América Latina, con parques, ciclovías y botes de remos.

LO QUE NO DEBES HACER: No exhibir demasiado objetos de valor como cámaras, computadoras, y no internarse en lugares con poco movimiento.

LA MEJOR ÉPOCA PARA VIAJAR Todo el año. La máxima en verano (dic-abr) es de 28ºC y la mínima, en invierno (jun-sep), de 18ºC. DE PESOS A REALES: 1 real brasileño equivale a 5.8 pesos.