TECNOLOGÍA | ¡Tu rostro ya no es (sólo) tuyo!
TECNOLOGÍA
Cámaras en la calle o en centros comerciales, Facebook, tu tv, tu computadora, tu teléfono… muy pronto todo podrá espiarte. Es “por tu bien”, dicen.
La privacidad es hoy una idea del pasado. Cada vez que te tomas una foto, chateas o usas tu teléfono, estás compartiendo información privada. Y no sólo con tus amigos y familia, sino con las empresas dueñas de esa tecnología.
Adiós al anonimato
Al igual que tu iris o huella digital, tu rostro es un dato privado. Por tanto, si alguien quisiera tomar ese dato, tendría que pedirte permiso. Pero ni empresas ni gobiernos parecen acordarse. ¿La razón? Tener acceso a todo lo que mantienes en privado (amigos, intereses, ubicación, compras, etc.) es una mina de oro. Y el reconocimiento facial podría darles acceso a esa mina.
Esa tecnología ya existe. El año pasado, por ejemplo, el FBI anunció oficialmente su sistema de identificación facial “Next Generation Identification System” (NGI, por sus siglas en inglés), que no se limita al rostro. También es capaz de detectar y buscar cicatrices, tatuajes, marcas de nacimiento y, pronto, también la voz y hasta la forma de caminar de una persona.
Al alcance de cualquiera
Realmente, esa tecnología está disponible para cualquiera que pueda pagarla. Por ejemplo, la compañía SmowlTech (una de varias que trabajan con tecnologías similares) anuncia en su sitio:
“Ponemos a su disposición nuestro sistema de autentificación continua de identidad: 24 horas al día, los 365 días del año, en cualquier parte del mundo… Monitorizamos continuamente a los usuarios online. Autentificamos constantemente la identidad del usuario, basándonos en la última tecnología de reconocimiento facial”.
¿Cómo lo hacen?
Hay varias maneras en que tu rostro podría terminar en un banco de datos. Por ejemplo, las cámaras de empresas o de vigilancia pública en la calle. Y otras formas menos obvias, como cuando compartes fotos de tu familia y amigos.
¿Has leído la novela 1984, de George Orwell? Trata de una sociedad sujeta a la vigilancia masiva y la manipulación. Tal vez deberías leerla. Porque como dijera en otro tiempo el rockero Kurt Cobain: “que seas paranoico no significa que no te vengan siguiendo”. Tenía razón.
Camuflaje facial
El trabajo de Adam Harvey se centra en el diseño de moda antidrones y camuflaje anti reconocimiento facial. Para impedir que tu rostro sea detectado por cámaras y computadoras, Harvey propone el uso de accesorios peculiares: desde gafas asimétricas y mechones de pelo sobre la cara, hasta triángulos blancos y negros pegados pobre los pómulos y patrones cúbicos de maquillaje alrededor de los ojos.
Pero como sabe que no es probable que la gente quiera andar así por la vida, ya negocia con otros diseñadores para crear modas menos excesivas que, al mismo tiempo, protejan la privacidad. La idea de privacidad, dice Harvey, “ha cambiado completamente; hoy, cualquier cosa que hagas a favor de ella puede hacerte ver sospechoso”.
Tiene razón. Si no lo crees, lee bien la Ley Federal de Protección de Datos Personales en Posesión de los Particulares. Luego intenta explicarle tu derecho a la privacidad a la empresa de autobuses que te graba en video, sin consentimiento. Intenta explicarle al fisco que te obliga a aceptar que te fotografíen el iris a cambio de la firma electrónica. Inténtalo y mira lo que pasa.
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