PERSONAJES
Figura emblemática de la infancia, presencia que ha persistido a través del mito y la inocencia, Santa Claus es sin duda una de los referentes más significativos en esta época del año; su imagen nos remite tanto a la entrañable navidad y a los regalos bajo el árbol, como a los centros comerciales o anuncios de refrescos. Así, pues, Santa Claus forma parte, queramos o no, de nuestro mundo festivo; ahí donde existe un niño o niña, está también la expectativa de la visita nocturna del viejo con el costal de obsequios.
Pero, ¿qué hay detrás del buen Santa y su trineo jalado por renos? La historia nos remite a San Nicolás de Myra o Nicolás de Bari, un sacerdote de origen turco que en su juventud decidió donar todas sus riquezas a los necesitados para después encaminarse hacia la vida religiosa. En su momento, muchos le atribuyeron milagros y buenas acciones que lo llevaron a la canonización; asimismo su gran bondad para con los infantes le valió la fama de persona dadivosa, ya que acostumbraba repartir regalos durante el invierno. La leyenda, a través del tiempo, fue cambiando y a su vez combinándose con otras tradiciones paganas, fue hasta a la llegada del pueblo holandés a América cuando San Nicolás se popularizó en las comunidades de esta región.
Por otro lado, el nombre Santa Claus no pudo tener un origen más peculiar, y es que éste fue el resultado de una variación de la palabra neerlandesa “sinterklaas” (Fiesta de San Nicolás), hecha por el escritor Washington Irving en su obra “Historia de Nueva York”. Más adelante, dibujantes de marcas comerciales, entre ellas la Coca-Cola, crearían la imagen que hasta la fecha conocemos y podemos ver tanto en la alacena de la casa como en el refrigerador de la abuela.
Pasan los años y la risa de Santa la seguimos escuchando en pasillos, parques, jugueterías o tiendas de barrio, estamos ante un personaje que ha encontrado un lugar en la eternidad de los días.
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