El oído no sólo nos permite escuchar, sino también mantener el equilibrio corporal. Por eso, es tan importante cuidarlo y atender cualquier problema de salud relacionado con él.

La pérdida de audición o hipoacusia es uno de los problemas de salud crónicos más comunes. Su incidencia aumenta con la edad, pero puede adquirirse desde antes de nacer, por lo que además de evitar medicamentos ototóxicos durante el embarazo y en los niños en sus primeros 5 años de vida, actualmente se realiza el tamiz auditivo en los primeros 4-6 meses de vida de los recién nacidos.

Desde luego, prevenir y cuidar tu oído y el de tu familia, siempre será de ayuda. Aplica estos cuidados básicos:

1. Sustancias extrañas. No introduzcas sustancias ajenas al oído (alcohol, tabaco, etc.) sin prescripción médica.

2. Objetos extraños. Nada de pasadores para cabello, plumas, cotonetes o rascarse con el dedo. El cotonete es sólo para secar la parte externa del oído después del baño.

3. Infecciones. Ante la presencia de dolor, secreción o inflamación, visita al médico especialista.

4. Tapón de cerumen. Acude con un médico para que lo retire.

5. Aguas contaminadas. Evita sumergirte en aguas de dudosa procedencia. Podrías contraer alguna infección en oído, ojos o vías respiratorias.

6. Evita el ruido extremo. El ruido es uno de los principales causantes de hipoacusia. Modula el volumen del sonido de bocinas, micrófonos y audífonos. La exposición prolongada a sonidos intensos (tubos de escape, construcciones, fiestas populares, bares y discotecas) puede causar dolencias irreversibles en el tímpano e incluso sordera, si es superior a los 90 db. ¿La solución? Disminuir el tiempo de exposición a sonidos fuertes y, en caso de ser necesario, utilizar protectores auditivos especiales para atenuar los efectos nocivos.

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