PADRES

Tal vez no lo recuerdes, pero hubo un tiempo en que tú también temiste que hubiera un monstruo oculto en el armario. O peor: debajo de tu cama. Y aunque algunos aún conservamos esos miedos nocturnos, son más comunes en la infancia. No obstante, si tus hijos despiertan más alarmados de lo normal, tal vez hayan padecido un terror nocturno.

¿Qué es?
Es un trastorno del sueño en el cual el niño o niña despiertan súbitamente, en un estado semejante al pánico. Suele ocurrir al pasar de la fase de sueño más profunda no REM a la más superficial de sueño REM (etapa en que se producen los sueños). Por lo general, nos dice el sitio KidsHealth, esta transición ocurre sin sobresaltos. “Pero en ocasiones el niño se agita y se asusta, y esa reacción de miedo es el terror nocturno”.

Durante un terror nocturno, los niños gritan, lloran, se incorporan, sudan y/o se agitan. No obstante, enseguida se calmarán y volverán a dormir. Al día siguiente, no recordarán nada.

¿Por qué ocurre?
Son provocados porque el sistema nervioso central (SNC) de los niños aún está madurando. Por otro lado, la mayoría de niños que padecen el trastorno tienen un pariente que lo experimentó o fue sonámbulo durante la infancia. Otras causas pueden ser: estrés, fatiga o medicación.

¿Qué hacer?
No hay tratamiento. Durante un episodio sólo hay que ser paciente y asegurarse de que el niño o niña no se haga daño. No intentes que despierte. Si lo logras, sólo se sentirá confundido, por lo que le costará más tranquilizarse y conciliar otra vez el sueño.

Para prevenir que ocurra: elimina posibles causas de estrés, establece una rutina simple y relajante para antes de dormir y, por último, que no se acueste más allá de las 8-9 pm, para que descanse suficiente.