Siempre es refrescante construir, remodelar, decorar o dar un toque diferente a tu casa, oficina o negocio. No obstante, los errores salen caros en estos casos. Por ello, contratar a un diseñador de interiores es una excelente idea. Te decimos por qué.

1. Ahorro. Algunos errores cometidos en la obra, diseño o proyecto, suelen ser costosos. Ejemplos: medir mal una ventana puede resultar en una cortina o persiana de tamaño incorrecto; o que el piso elegido no vaya bien con el estilo de tus muebles, o simplemente que los espacios resulten muy pequeños o grandes. Al evitar ésos y otros errores –más comunes de lo que crees–, un diseñador de interiores te puede ahorrar mucho dinero.

2. Planeación y presupuesto. Crear ideas originales, buscar materiales apropiados y precios que se ajusten a tu presupuesto es lo más importante. Un diseñador de interiores siempre buscará las mejores opciones del mercado, adecuadas a tu presupuesto y al estilo de tu proyecto. Además, te presentará varias opciones en una sola visita. Así ahorras tiempo y puedes elegir la que mejor se adapte a tu gusto y necesidades.

3. Profesionalismo. Los diseñadores de interiores conocen a muchos proveedores y tiendas de interiorismo. Por ello, pueden sugerirte tendencias, materiales novedosos, ideas y recursos que quizá no hubieses imaginado que existían.

4. Especialidad. Los diseñadores de interiores son profesionales. No sólo estudiaron y desarrollaron capacidades y habilidades, sino que tienen además una sensibilidad peculiar que los ayuda a satisfacer el gusto de cada cliente. Porque toman en cuenta las necesidades de éstos para crear espacios funcionales y estéticos que el usuario pueda disfrutar y, desde luego, presumir.

Alejandra González

Interiorismo

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