Su nombre quiere decir “Castillo de algodón” en turco, es una fascinante creación de la naturaleza de gran belleza que constituye una importante atracción turística. El agua que escurre por la ladera contiene bicarbonato de calcio que se solidifica produciendo capas blancas de piedra caliza y travertino formando pequeñas terrazas escalonadas, unidas por estalactitas de 1 a 6 m de altura. Posee 2 700 m de largo y 160 m de altura. Al mismo tiempo que la cuenca del río Menderes se formaron numerosas fuentes de aguas termales. Se distingue desde lejos a 20 km de distancia y da la apariencia de ser una montaña congelada entre paisajes verdes y cielo azul. En 1988 fue declarado Patrimonio de la Humanidad, sus minerales más antiguos se formaron hace 5.3 millones de años. A las aguas termales de estas fuentes naturales los griegos atribuían propiedades terapéuticas concedidas por los dioses. En su cima albergó a la ciudad de Hierápolis, establecida en 180 a.C. cuenta la leyenda que sus aguas también tienen el poder de embellecer a las personas.