Es una de las metrópolis más modernas y seguras de Latinoamérica. En el mundo es reconocida por su desarrollo sostenido y por la estabilidad económica, política y social que se vive en sus calles.

Ciudad de ciencia y estudios, Santiago posee dos universidades de destacado nivel mundial, como lo son la Universidad Católica y la Universidad de Chile.

Cuenta con una intensa vida cultural. Existen cerca de 40 galerías de arte y 30 museos de estilos variados. Su centro es el punto de encuentro de todos los visitantes. El Palacio de la Moneda, la Plaza de Armas, la Iglesia Catedral, el Museo de Arte Precolombino y la Casa Colorada son los sitios más concurridos. El barrio bohemio Bella Vista se destaca por poseer distinguidos restaurantes, galerías de arte, pubs y casas de reconocidos escritores. Otros barrios que lucen sus modernos edificios y un entorno tranquilo son Las Condes y Providencia. Visitar el Cerro San Cristóbal implica obtener una hermosa vista panorámica de la ciudad y recorrer el Jardín Zoológico.

Poco de lo mucho por visitar…

Se extiende por varias cuadras junto al río Mapocho. Por el lado oriente está la Fuente Alemana y en el centro del parque se ubica el Museo Nacional de Bellas Artes. Al extremo poniente, frente al parque y antes de llegar a la Estación Mapocho, se encuentra el Mercado Central. Allí se vende una gran variedad de pescados y mariscos frescos; hay restaurantes con comida típica chilena, especialmente productos del mar. Famosos son los desayunos de mariscos los fines de semana.

Pulmón verde de la ciudad, el Parque Metropolitano de Santiago es un paseo obligado para el turista que desea obtener una completa vista panorámica de la ciudad chilena.

Este parque se ubicada al Este del bohemio barrio de Bella Vista. Está compuesto por los cerros San Cristóbal, Pirámide, Chacarillas y Bosque de Santiago. Concentra el 40 por ciento de las áreas verdes de la ciudad, ya que lo conforma un denso bosque de 400 hectáreas que llega hasta los 880 m.s.n.m.

Santiago es una caja de sorpresas a descubrir. Hay mucho más de lo que piensas, ya que en sus calles y barrios convive la identidad del globalizado siglo XXI con las más arraigadas tradiciones locales.

Tiene mayor altura que el Santa Lucía. En su cumbre, que alcanza los 880 m de altitud, está la imagen de 22.5 m de la Virgen de la Inmaculada Concepción. Para acceder a la cumbre existen varias alternativas. Una de ellas es subir por el funicular, el cual se accede por calle Pío Nono, en el Barrio Brasil, próximo a la Plaza Italia y la estación de Metro Baquedano. El funicular tiene paradas en el Jardín Zoológico y en la cumbre de la Virgen.

También se puede llegar a la cumbre por el Teleférico. Otra alternativa es subir en vehículo. El cerro presenta varios atractivos, como tener una completa vista de la ciudad. Además hay abundante vegetación y especies autóctonas. Existen dos piscinas, un Jardín Botánico, la Enoteca con Museo de los Vinos chilenos y restaurantes de primer nivel.

Llamado Huelén por los mapuches durante la conquista y colonia. Durante varios años no fue más que un refugio de ladrones. En la actualidad es uno de los más bonitos parques de la ciudad. Su acceso principal se encuentra por la Alameda Avenida Libertador Bernardo O’Higgins, junto a esta entrada hay un mural dedicado a Gabriela Mistral.

Frente al cerro se encuentra la Feria Artesanal Santa Lucía, que ofrece una variada muestra de artesanía chilena a precios convenientes.

Tal vez pocos lugares de Santiago poseen una identidad urbana tan reconocida como el barrio Bella Vista. Esta extensa área combina el más variado comercio de vestuario y artesanías con múltiples restaurantes de comida internacional que ofrecen diversas especialidades.

Se encuentra ubicado entre la ribera norte del río Mapocho y el cerro San Cristóbal. En sus comienzos fue una zona aristocrática y católica. De arquitectura exótica, parece una especie de museo al aire libre. Transitar sus calles, conversar con su gente y degustar sus comidas lo transforman en una especie de pueblo inmerso dentro de una gran ciudad.

Los amantes de los buenos vinos chilenos pueden efectuar visitas a las bodegas más importantes del país, ubicadas a escasos kilómetros de la ciudad, en los valles que rodean a Santiago.

La bodega Concha y Toro abre sus puertas para develar algunos secretos de la historia, sabor y complejidad de sus vinos.

Ubicada a sólo 45 minutos de Santiago e inserta en un centenario parque en la zona de Pirque, la bodega-viña Concha y Toro se ha transformado en una visita obligada para muchos turistas que recorren Chile.

Pero una de las mayores virtudes de Santiago es que está a menos de 60 km de los centros de ski y muy cerca del puerto de Valparaíso (poco más de 1 hora), Viña del Mar y otros centros de veraneo a orillas del Pacífico. La nieve y el mar al alcance.

Variedad y excelente sabor, son las características principales de una gastronomía espectacular, que convierte a los restaurantes santiaguinos en templos proverbiales de la gastronomía, en lo que destacan los pescados y mariscos provenientes de Valparaíso y el Pacífico Sur, las papas, las carnes de gran calidad, los célebres vinos chilenos y las exquisitas frutas de la zona central del país.

Entre sus platos típicos destacan el asado; la carbonada, elaborada con carne frita y acompañada de verduras; los pasteles de choclo, elaborado con maíz tierno y pollo; las empanadas rellenas de marisco; las cazuelas; pescados como la corvina, congrio frito y deliciosas sopas de pescado, entre otros platos.

Y los devotos del buen comer no deben dejar de caminar por las “picadas”, afamados restaurantes de comida criolla, en las que se sirven generosamente los sabrosos platillos.