CARICATURAS
Series animadas: al infinito y más allá
Existe un imaginario que se comparte, mitos que van de generación en generación construyendo templos a ídolos y héroes con máscara o espadas. La imaginación se construye en la infancia y después de eso uno simplemente añade más ladrillos. Asimismo, las caricaturas o series de animación han sido, y seguirán siendo, un fuerte referente en nuestra educación humorística; las aventuras de Bugs Bunny, Mickey Mouse o Tom y Jerry, son medios que nos facilitan a revelar la mirada con un mundo que se nos presenta como un enigma.
Desde las animaciones clásicas de Disney, pasando por la influencia japonesa de “Saint Seiya”, “Dragon Ball”, “Mazinger Z”, hasta las emisiones de Cartoon Network como “Las chicas superpoderosas” , “Samurai Jack, “Hora de aventura”, sin olvidar otras producciones como las clásicas odiseas espaciales creadas por Carl Macek y Shōji Kawamori: “Robotech” y “Macross”, las series animadas se presentan como un uno de los grandes referentes en la cultura moderna; somos lo que vemos, y si este refrán es cierto de alguna manera somos también ese niño montado arriba de una nube, surcando el cielo y defendiendo a la tierra de las fuerzas malignas, o también somos parte de ese grupo de chicas de colores brillantes, combatiendo a monstruos o a seres despiadados.
Resulta curioso que muchas de las coincidencias, de los a veces pocos puntos de encuentro entre padres e hijos, sean precisamente el gusto por las caricaturas o series animadas en cualquiera de sus estilos. ¿Cuántas madres o padres no hay en la calle vestidos como un transformer en compañía de su hija/o?
La euforia de ver cumplidos los sueños de viajar por el cosmos, de ir al centro de la tierra, de enfrentar a titanes o de volar, forma parte de aquello que más adelante nos alentará a lograr nuestras metas; aunque esto parezca un tanto absurdo, la voluntad se alimenta cuando en la niñez vemos que nuestro héroe puede vencer ciertos obstáculos y salir avante de las penurias.
Ver también es aprender, y nuestro aprendizaje tiene en su rostro las señas de una capa, de una nave o de algún puño luchando por la justicia.
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