Al atardecer el sol proyecta su último esplendor sobre los impresionantes acantilados tallados por la madera
Hermosa creación de la naturaleza, dotada de enigmáticos colores y místicas historias, localizada en la Sierra Tarahumara en el estado de Chihuahua, las Barrancas del Cobre fueron moldeadas hace más de 20 millones de años, son un sistema de acantilados cuatro veces más grande que el Gran Cañón en Colorado, Estados Unidos.
En este majestuoso lugar reta al vértigo con un recorrido en teleférico, donde disfrutarás de una impresionante vista de los cañones, te sorprenderás con lo accidentado del terreno y los diversos matices de la vegetación sobre las montañas. Podrás observar desde las alturas algunas comunidades tarahumaras, un viaje acompañado de la divertida explicación de un guía local. Otras actividades que se pueden realizar son el senderismo, cruzar los puentes colgantes y la tirolesa a una altura de casi 450 m.
En su viaje, el tren conocido como “El Chepe” se interna en las Barrancas del Cobre, no sólo es uno de los principales medios de transporte de la región, si no que constituye un importante atractivo turístico porque atraviesa varios túneles, pasa junto a pronunciados desfiladeros y puentes sobre majestuosos ríos. En el recorrido puedes visitar alegres cascadas y cuevas, guardianes de secretos.
Se puede llegar por carretera desde Chihuahua en un viaje de 5 horas, y adentrarse en las barrancas por caminos rurales, estando en constante interacción con el rústico paisaje y los pueblos nativos. Otra forma de disfrutar del lugar es sobrevolando en helicóptero en una emocionante aventura llena de adrenalina y deslumbrante belleza natural.
La comunidad Urique da nombre a la barranca más profunda de México, tiene una depresión de 1879 m, es la más conocida porque se divisa desde la estación de “El Chepe”. Tiene un mirador a 2 400 msnm, en sus faldas serpentea un impresionante río de gran caudal que desemboca en el Pacífico. Es ideal para el turismo de aventura, el descenso, encabezado por un guía local dura dos días en los que disfrutarás de paseos en caballo, camping e impresionantes escenarios naturales dignos de inmortalizar con tu cámara.
La barranca Sinforosa tiene una profundidad de 1830 m, en su mirador el tibio viento sopla fuerte y la escarpada vista te deja un agradable sabor de boca. Por sus laderas Rosalina y San Ignacio se dejan caer a 100 m de altura, dos hermosas cascadas que dan el toque de vida al lugar. En el pueblo Guachochi venden artesanías, como cobijas de lana, violines, tambores, flechas, entre otras cosas.
En el fondo de una barranca de 1800 m de profundidad se encuentra Batopilas, un hermoso pueblo rico en historia gracias a sus minas. Puedes rentar una bicicleta de montaña o una cuatrimoto para explorar la zona. Aquí lo más impresionante no es el mirador la Bufa, sino la población indígena que conservan muchas de sus ancestrales tradiciones. Barranca de Candameña posee a Piedra Volada, la cascada más alta del país con de 453 m de altura y otras más de igual belleza.
Al atardecer el sol proyecta su último esplendor sobre los impresionantes acantilados tallados por la madre tierra, la zona se transforma bajo un majestuoso cielo de millones de estrellas y la luna ilumina un lugar de suma tranquilidad armonizada por la música de la naturaleza. Barrancas del Cobre es una invitación a la aventura, un punto donde la naturaleza se revela en todo su esplendor y el viento te cuenta al oído milenarias historias.
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