Una profesión no apta para aficionados

Te has preguntado ¿Cómo llega la luz, el gas, los cableados a las islas? O ¿Cómo traen el petróleo a tierra firme? Todo esto es gracias a tuberías instaladas de manera submarina llamadas líneas comunicadas entre islas, plataformas y refinerías, pero, y ¿Y quién las repara? 

Con riesgo en cada segundo, exponiendo su vida en centímetros, soportando peligro bajo litros, Ángel García Cruz de 37 años de edad  trabaja como buzo de saturación en alta mar.

De un poblado de Tapanatepec, Oaxaca llamado Rincón Juárez  e hijo de Don Ángel García Matus y Doña María Luisa Ruiz Gómez, Ángel García Ruiz desde muy pequeño mostró su amor al mar ya que gracias a su cercanía, a temprana edad supo nadar de manera empírica; uno de sus tres hermanos  estudiaba en la Esc. Del Comando Submarino de la Armada de México  y cada vez que llegaba de vacaciones le llevaba fotos que lo cautivaban y lo hacían ir a Salina Cruz para bucear.

Fue hasta después que invitado por amigos de su hermano se va a Veracruz a trabajar durante tres meses, motivo suficiente para tomar un curso de buceo profesional en Puerto Madero, Chiapas, esto le abrió las puertas para integrarse al ámbito petrolero en la empresa Diavaz en 1992.

En el 2003 forma parte de la empresa Oceanografía como buzo de saturación, donde le permiten tomar varios cursos como paramédicos, primeros auxilios, seguridad industrial, soldadura hiperbárica, manejo de cámara hiperbárica y relaciones públicas.

Un buzo de saturación es aquel que permanece en un ambiente de alta presión dentro de una cámara hiperbárica  para que los tejidos del cuerpo se saturen gracias a la mezcla de gas compuesta principalmente por helio, para poder soportar la presión de trabajar en la profundidad del mar.

Entre nosotros existen héroes y muchas veces no nos damos cuenta que pasan justo a nuestro lado.

Su trabajo consiste en ensamblar tubos conductores de crudos situados en la profundidad del mar que comunican la plataforma a la refinería en tierra, tubos de 36 pulgadas de diámetro y 50 m de largo con un peso aproximado de 80 a 100 kilogramos y reparar los daños que embarcaciones, animales o el mismo tiempo ha deteriorado. ¿Te imaginas tener que trabajar con miles de litros sobre ti, a bajísimas temperaturas y en la obscuridad?

De los momentos que más lo han marcado fue el accidente en el que al estar haciendo una reparación, una tubería se movió enredándolo con la manguera y llevándolo rumbo a la superficie pudiendo liberarse a escasos 15 metros de ella, lugar crítico, ya que estos buzos no pueden subir más de 20 metros debido a la saturación, pero fuera de cualquier pronóstico de supervivencia solo le produjo sangrado en la nariz, oídos y boca.

Cualquier error por más mínimo que sea es de alto riesgo a la vida de estos buzos y se refleja en el índice de muerte (tres cada año), y si aunado a ello anexamos la descalcificación que los imposibilita a realizar deportes de contacto, realmente lo convierte en un trabajo complicado.

Después de 9 años realizando este trabajo ha perdido el miedo y hasta comenta el amor que le tiene, pues pretende retirarse hasta cumplir los 50 años de edad.

En la actualidad hay una gama de carreras en las que te puedes enfocar que no conoces, esta es una de ellas, ¿Te imaginas ser un buzo de saturación?

¿Te atreverías?…

Angel García “ La Pochota ” Buzo de saturación