ALIMENTACIÓN | Construye un almácigo
ALIMENTOS
Construye un almácigo
Aun si vives en la ciudad, puedes sembrar y cosechar tus propios alimentos. Sólo necesitas ganas, ingenio y un poco de tierra (una maceta, un envase, una azotea, un balcón, una banqueta o un parque). Comer lo que uno o una misma siembra es entretenido y sabroso.
1. Almácigos. Macetas, trastes de plástico que ya no sirvan, envases de yogur o leche, ollas agujeradas, incluso unas botas viejas pueden servir de almácigos. Sólo necesitas hacer unos agujeros en el fondo, para drenar el exceso de agua. La profundidad ideal es de 20 a 40 cm de tierra, dependiendo del tipo de planta. En la superficie, coloca un poco de abono.
2. Ubicación. Casi siempre a las plantitas les gusta la humedad, el sol y el calorcito de la primavera. Elige algún lugarcito así, agradable.
3. Cultivos. Los más comunes y fáciles de mantener son tomate, cebolla, pimiento, rábano, rúcula y lechuga. Algunas plantas necesitan algo para sostenerse al crecer (los tomates, por ejemplo); si elegiste un cultivo así, ten a mano algunos palitos para que les sirvan de guía. Separa 15 cm cada semilla o plantita y entiérralas a una profundidad no mayor a dos veces el tamaño de la semilla.
4. Riego. Al principio riega una o dos veces todos los días (pero no en exceso), y no olvides abonar la tierra. Una o dos semanas antes de cosechar, reduce o suspende el riego.
5. Disfruta. En poco tiempo cosecharás los frutos de tu esfuerzo y habrás apoyado a la economía de tu familia. Con lo que ahorren, bien podrían llevarte a pasear un rato, ¿no crees?
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