El encuentro de dos mundos
12 de Octubre , fecha que marca el nacimiento de una nueva identidad producto del encuentro y fusión de los pueblos originarios del continente americano y los colonizadores españoles, transformando las visiones del mundo y las vidas tanto de europeos como de americanos. Ésta fecha es llamada en varios países hispanoamericanos “Día de la Raza”.
Este episodio de la historia lo protagonizó Cristóbal Colón, navegante y descubridor nacido en Génova, Italia.
Todo comenzó cuando Colón le surge la idea de que se podía llegar a la India navegando hacia el Oeste de España, es decir, a través del Océano Atlántico. Buscando algún benefactor, los reyes españoles aceptan financiar el viaje, con el propósito de llevar el catolicismo a otras culturas.
El 17 de abril de 1492 se firmaron acuerdos llamados Capitulaciones de Santa Fe. En estos documentos, se le concedió a Colón el oficio de Almirante de la Mar Océana en forma vitalicia y hereditaria, y se le nombró Virrey y Gobernador de las tierras que pudiese descubrir. También, se acordó entregarle la décima parte de todas las ganancias que se obtuvieran y el derecho de contribuir con la octava parte de los gastos, recibiendo igual proporción de las ganancias.
El gran viaje comprendió de Tres embarcaciones: La Pinta, La Niña y La Santa María; un presupuesto de unos dos millones de maravedies; y alrededor de 90 hombres reclutados con la ayuda de los hermanos Martín Alonso y Vicente Yáñez Pinzón, formaron la flota descubridora más trascendental de la historia. El 2 de agosto de 1492, Cristóbal Colón mandó embarcar a toda su gente, y dejaba el puerto de Palos.
La primera escala fue en las Canarias, donde tuvieron que arreglar el timón de la Pinta. El 6 de septiembre con el alisio venteando a favor, Colón marcó rumbo al oeste. Comenzaba la gran travesía.
El día 13 de septiembre, descubrió la declinación magnética de la tierra; y el 16 llegaron al mar de los Sargazos. Durante la noche del 6 al 7 de octubre, se produjo el primer motín entre los marineros de la Santa María. Los hermanos Pinzón apoyaron a Colón y lo sofocaron. Sin embargo, en la noche del 9 al 10 de octubre el malestar se extendió a todos, incluidos los propios Pinzón. Acordaron navegar tres días más y al cabo de ese tiempo si no encontraban tierra regresarían. No hizo falta, ya que el viernes 12 de octubre el marinero Rodrigo de Triana lanzó el grito esperado: “¡Tierra!”.
El 12 de octubre de 1492 no se reveló la existencia de América. Cristóbal Colón siempre creyó que había llegado a la India sin sospechar que se había topado con el continente americano. Después de Colón, se organizaron otros viajes menores financiados por la corona española, como la de Américo Vespucio, que recorrió la costa norte de América del sur, los litorales de Brasil y el sur de la Patagonia, y comprobó definitivamente que a donde Colón había llegado no era la India, sino un nuevo continente al que dio su nombre: América.
Emerge la fiesta de la Raza
El nombre adjudicado a esta fecha, fue creado por el ex-ministro Faustino Rodríguez-San Pedro como Presidente de la Unión Ibero-Americana que en 1913 pensó en una celebración que uniese a España e Iberoamérica eligiendo para ello el día 12 de octubre.
El Día de la Raza fue establecido en la Argentina en 1917 por decreto del presidente Hipólito Yrigoyen, como reafirmación de la identidad hispanoamericana frente a los Estados Unidos y la Doctrina Monroe.
A lo largo y ancho de la región latinoamericana, hacia 1915, Perú, Paraguay, El Salvador, Guatemala, México y Chile coincidieron en las celebraciones, con distintos matices y sentidos. Fiestas hispanoamericanas que tendían a fomentar la unión, de los pueblos enlazados en la historia.
Cómo sucedió en México
Los círculos intelectuales próximos a Carranza establecieron la práctica, con este motivo, de organizar veladas artístico-culturales. Buscando su legitimidad, el gobierno constitucionalista tejió alianzas con los países hermanos y en uno de los festejos, en presencia de diversas delegaciones y autoridades, sustituyó los nombres antiguos de un sector de calles del centro de la ciudad de México, al norte del zócalo, por el de las repúblicas latinoamericanas.
La fiesta fue ganando relieve; se conmemoró con brillantes piezas de oratoria, eventos musicales y desfiles cívicos, a los que se fueron añadiendo las competencias deportivas, las serenatas en los zócalos y las alamedas. Estas actividades tenían su réplica en diferentes estados de la República, así como en las naciones hispanoamericanas.
En la década de 1930 se dan pasos importantes en la manera en que México se apropia del Día de la Raza. El 12 de octubre de 1929, bajo la presidencia de Emilio Portes Gil, se declara fiesta nacional, el festejo tiene un doble escenario simbólico en la avenida del Paseo de la Reforma.
En los Estados Unidos la celebración similar es conocida como Día de Colón (en inglés Columbus Day), si bien con un carácter de celebración de la comunidad italo-americana.
La celebración convocó también la iniciativa de Uruguay para proponer una bandera del Día de la Raza, que habría de izarse simultáneamente en todos los países durante los festejos, iniciativa que México rechazó porque integraba, como emblema de las tres carabelas de Colón, tres cruces de color morado que directamente remitían a colores y símbolos del catolicismo.
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