Feromonas al rescate, ciencia de la atracción
Comprender lo que nos rodea es una inquietud humana, pero comprender el comportamiento de nuestra propia especie se ha convertido en algo más que eso, en una obsesión. De entre los comportamientos que más interés causan están los que se refieren a la atracción sexual, ¿qué nos atrae de los demás? ¿Podemos llegar a controlar e incluso a manipularlo?
Entre la comunidad científica no hay duda de la existencia de las feromonas, sustancias químicas que los seres vivos secretan para atraer sexualmente a otros de su misma especie, pero su actuación en los seres humanos aún causa muchas dudas. Ya en el siglo pasado se conocía perfectamente la existencia de esta sustancia en los insectos y su actuación sobre ellos, este conocimiento ha sido aprovechado a favor de la industria agrícola en el control de plagas mediante feromonas.
Las existencia de feromonas humanas causaba serias dudas en la comunidad científica, hasta que en 1986 la doctora Winnifred B. Cutler, bióloga especialista en Endocrinología del Comportamiento del Instituto Athena de Pennsylvania, Estados Unidos, junto con su equipo de trabajo realizó varios descubrimientos referentes a estas sustancias químicas en los hombres. Además de comprobar la existencia de la sustancia y la posibilidad de su almacenamiento, la doctora Cutler demostró que la exposición de las mujeres a las feromonas masculinas influye en la regularización del ciclo menstrual y mitiga el efecto de la menopausia, también se observó que las mujeres expuestas a estas sustancias demuestran un incremento en su actividad sexual.
Curiosamente Patrick Süskind publicó su célebre obra El perfume, basada en el influjo de los olores en la atracción sexual, un año antes de que la doctora Cutler hiciera públicos sus hallazgos
En el mercado existen varios productos, como perfumes, que presumen tener feromonas y con ellas provocar el aumento de la atracción sexual entre las personas del sexo contrario, sin embargo su efectividad no ha sido comprobada. Recuerda que si quieres atraer a alguien, los hombres son atraídos por el olor a lavanda, mientras que a las mujeres les seduce, y no te caigas de la silla, el olor al polvo de talco.
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