Pocos han sido los compositores y cantantes que han logrado inmortalizarse como figura estelar por décadas, hasta después de muertos. José Alfredo Jiménez es uno de ellos, al convertirse en el mejor intérprete y compositor de la música ranchera.

A duras penas terminó la primaria en el colegio Franco Ingles  prefería irse de pinta con su amigo Jorge Gabilondo Patiño, hijo del célebre Cri Crí, con quien jugaban a ser toreros. Desde su niñez, entre juegos y tareas escolares, José Alfredo mostró su vocación componiendo versos, perfilándose hacia lo que sería su profesión. A los 14 años, se sintió atraído por el canto, por lo que comenzó a presentarse en los festivales escolares vestido de charro e incluso escribió las que se pueden considerar sus primeras canciones dedicadas a sus animales  preferidos. Trás el fallecimiento de su padre y motivado por el ímpetu de querer convertir en realidad lo que aspiraba ser, se marchó a la ciudad de México a los 18 años en compañía de su tía Refugio Sandoval. Pero al llegar, los problemas económicos comenzaron y el compositor tuvo que abandonar sus estudios para trabajar  primero como vendedor de zapatos y después como mesero en el restaurante “La Sierra”, ahí se hizo amigo de Jorge Ponce, hijo del dueño, así como de los hermanos Enrique y Valentín Ferrusca, integrantes de un trío poco afortunado, “Los rebeldes”, con quienes empezó a cantar en restaurantes y bares de mala muerte;  alternó sus labores con la composición, el canto y el fútbol; participo en los equipos Oviedo y Marte de la primera división de fútbol mexicano.

Jamás tuvo educación musical sin embargo compuso más de un millar de canciones, no sabía tocar ningún instrumento, no conocía de términos como “vals “o “tonalidad”; únicamente silbaba y tarareaba la melodía y  el maestro Rubén Fuentes fue quién se encargó de convertir el tarareo y silbidos en un correspondiente arreglo musical.

“Si nos dejan, nos vamos a querer toda la vida”

Asociar la producción de José Alfredo Jiménez con el trago y la parranda es inevitable, pues era alcohólico. Las canciones de José Alfredo son explícitas: la pena amorosa encuentra un refugio directo en la copa de tequila, o en toda la botella si es necesario. El alcohol se plantea como un recurso de aceptación del destino y la cantina se consagra como un confesionario.

Su principal inclinación al escribir eran las desventuras amorosas. Existen muchas canciones que dedicó a las mujeres quienes fueron sus compañeras sentimentales y a su esposa Paloma, para quién compuso “Paloma Querida”, la cual estrenó llevándosela como serenata el 17 de diciembre de 1949 según sus propias palabras. Este tema, fue uno de los cuatro de su producción que grabara el actor y cantante Jorge Negrete. La canción “Amanecí En Tus Brazos” la escribió para Lucha Villa, “El Rey” la compuso con dedicatoria a Alicia Juárez, para Irma Serrano hizo “Si Nos Dejan” y para una novia de su juventud llamada Cristina Fernández fue compuesta “Ella”, aunque erróneamente se dijo que la dedicó a María Félix; también le cantaba a su tierra, a la vida y al alcohol.

Comenzó a recurrir al hospital a consecuencia de la cirrosis hepática que padecía desde años atrás, hasta donde sus compañeros del Mariachi Vargas y demás amigos tuvieron la oportunidad de visitarlo en cinco ocasiones. Y era el mismo vacilador, el cuate siempre pendiente de la familia, preocupado por aquellos amigos que él sabia muy bien que algo necesitaban. Falleció a la edad de 47 años el 23 de Noviembre de 1973.

Sus composiciones han cruzado fronteras a continentes como Europa, Asia y claro nuestro continente desde EUA hasta Argentina, y han sido gravadas en varios idiomas como lo es el ingles, francés, portugués.

No ha surgido un compositor que se le parezca, a pesar de que hay nuevos y muy buenos; definitivamente el mejor ha sido José Alfredo Jiménez.

Era un ingenioso compositor de cuentos colorados, de chistes de todos los colores, que a la fecha son utilizados por casi todos los humoristas, o que a través del tiempo han pasado al poder del dominio público. Si estaba en alguna reunión y se le prendía el foco, nada más se paraba y comenzaba a caminar de un lado a otro, con la mano en la barbilla. Y de repente gritaba: ¡ya está!  ahí les va éste… 

Nombre del personaje: José Alfredo Jiménez Sandoval

Fecha de nacimiento: 19 de enero de 1926

Fecha de fallecimiento: 23 de Nov. de 1973

Origen: Dolores Hidalgo, Guanajuato

Actividad: Compositor y Cantante