Un reto que garantizará el futuro de nuestros hijos

Ante el crecimiento de la población, nos hemos visto obligados a disminuir nuestras áreas verdes y así dar paso a la infraestructura que nos permita vivir cómodamente, pero el impacto medioambiental ante los vertiginosos cambios apenas comienza, por lo que urge implementar estrategias que garanticen un futuro verde para las nuevas generaciones.

La arquitectura comienza a formar parte del reto, diseñando y construyendo en contacto más estrecho con la Tierra y con nosotros mismos. Pensar en una arquitectura profundamente ecológica, es pensar el edificio como un organismo vivo interactuando en un determinado ecosistema, diseñando de tal modo que se armonice con los ciclos de la naturaleza. Es decir, hacer uso de los materiales y técnicas locales y aprovechar al máximo los productos reciclables. Como es de imaginar, este proyecto incluye el tratamiento y manejo de los suelos.

¿Qué son los pavimentos ecológicos?

Los pavimentos ecológicos son porciones de suelo fabricadas con materiales ecológicos y reciclados que buscan optimizar recursos naturales, de tal modo que minimicen el impacto que ahora tiene el concreto convencional, sobre el medio ambiente y sus habitantes. Para ello se consideran las condiciones climáticas, la hidrografía y los ecosistemas, el entorno combinando eficacia y modernización en el uso de materiales, sobre todo de bajo contenido energético y altamente renovables.

Los materiales más aconsejables para los pavimentos exteriores incluyen calcín de vidrio, minerales arcillosos cocinados a altas temperaturas y cerámicas, mientras que para interiores se eligen madera, corcho, caucho reciclado de llantas y linóleo, todos ellos con un control de los adhesivos y tratamientos de acabado. En general todos aquellos materiales que cumplan con las características de impermeabilidad, alto grado de resistencia, que ayuden a estabilizar superficies con pendientes, que eviten la formación de charcos y cárcavas.

Los beneficios

Los pavimentos ecológicos impiden el nacimiento de malas hierbas, no necesitan mantenimiento, suelen ser inundables y excelentes para su uso en riberas de río, caminos y sendas costeras, además poseen una durabilidad muy elevada a bajo costo, con fácil aplicación y tiempos rápidos de ejecución, tanto de forma manual como mecanizada.

Por si fuera poco, al mismo tiempo, ayudan a mantener un clima fresco y proporcionan un mejoramiento estético mayor.

Los que tenemos la suerte de haber nacido antes de la década de los 80´s aún podemos recordar un Tuxtla diferente, engalanado con árboles y flores que al paso del tiempo han ido sucumbiendo, pues hay cada vez menos aéreas verdes y más asfixiante hastío asfáltico. Justo aquí, es hora de recuperar los recursos y podemos contribuir de a poco, empezando por nuestra vivienda, no esperes más, seguramente tendrás un espacio que aunque pequeño puede ser embellecido y mejorado.