“ganar no lo es todo, es lo único”

En hombre que pasó a la inmortalidad por el estilo recio y triunfador que le imprimió al fútbol americano como entrenador en jefe.

Por un tiempo siguió los deseos de sus padres de estudiar en un colegio religioso para buscar convertirse en sacerdote, ideal que al poco tiempo desechó.

Lombardi ingresó a la Universidad de Fordham. En dicha institución educativa entró al equipo de fútbol americano donde se desempeñó como guardia. Incluso formó parte de una imponente línea ofensiva que fue popularmente conocida como los “Siete Bloques de Granito”.

Vincent se graduó de Fordham en una licenciatura de negocios. Al principio trabajó un tiempo como empleado en una compañía financiera; para 1939 aceptó ser maestro en el colegio Santa Cecilia, pero también asistente del entrenador en jefe del equipo de fútbol americano.  Vincent duró ocho años en el equipo Santa Cecilia, de los cuales cinco fueron ya como estratega principal del conjunto. Durante su estancia, el equipo Santa Cecilia compiló marca de 39 victorias, 7 derrotas y 5 empates.

En 1947, Vincent regresó a Fordham a ser nuevamente asistente del entrenador en jefe del equipo americano, pero en 1949 aceptó otro cargo de auxiliar en la Academia Militar de Estados Unidos con sede en West Point. Ahí estuvo a las órdenes del timonel del conjunto de fútbol americano, Red Blaik. Lombardi aprendió de Blaik la importancia de practicar con énfasis la ejecución de jugadas, así como realizar bien conceptos básicos del juego como el bloqueo y tacleo. También obtuvo el impulso de aplicar una férrea disciplina para conseguir los objetivos trazados.

Vincent Lombardi llegó al fútbol americano profesional al ser contratado como asistente del entrenador en jefe de los Gigantes de Nueva York, Jim Lee Howell. Como Vincent se especializó en el ataque, al poco tiempo se convirtió en coordinador ofensivo. Howell, con el apoyo de Lombardi en el ataque y de un joven llamado Tom Landry, quien fungía como coordinador defensivo, convirtieron a los Gigantes en un equipo sumamente poderoso que tuvo su premio en 1956 cuando ganaron el título de la NFL.

Para 1959, los Empacadores de Green Bay le ofrecieron a Vincent el puesto de entrenador en jefe y gerente general, una medida para acabar con un periodo de mediocridad. Vincent aceptó ser por primera vez estratega de un conjunto profesional.

“El precio del éxito es el trabajo duro, la dedicación para el trabajo inmediato, y la determinación de que ya sea que ganemos o perdamos, hemos aplicado la mejor apariencia de nosotros mismos a la tarea cercana.”

Vincent Lombardi rebasó las expectativas de los Empacadores. En todas las temporadas que dirigió a los apodados “cabezas de queso” siempre compiló con una marca ganadora, además, obtuvo su momento cumbre con un tricampeonato de la NFL de 1965 a 1967.

La NFL se acercó con la AFL y establecieron crear un partido único para determinar qué campeón de liga es el mejor. Este encuentro fue denominado Juego por el Campeonato Mundial AFL-NFL, y más tarde sería conocido como el Súper Tazón.

Los Empacadores, con Lombardi en la dirección de un equipo que contaba con buen talento, ganó las dos primeras ediciones del Súper Tazón, primero a los Jefes de Kansas City y luego a los Raiders de Oakland.

Lombardi dejó el cargo de entrenador en jefe de los Empacadores para solamente dedicarse a la gerencia general, esto durante la campaña de 1968, pero el impulso de dirigir en las laterales lo llevó a aceptar ser el timonel de los Pieles Rojas de Washington en 1969.

Al igual que Green Bay, la Tribu venía de malas campañas hasta antes de la llegada de Vincent Lombardi, quien puso en práctica otra vez su férrea disciplina y empeño por el trabajo para que las jugadas fueran bien ejecutadas. Al término de la temporada, los Pieles Rojas acabaron con marca ganadora (7-5-2), aunque sin llegar a la fase final.

“Los líderes se hacen, no nacen. Son hechos por el esfuerzo difícil, que es el precio que todos debemos pagar para conseguir cualquier objetivo que es útil”.

Pero Lombardi, aquejado por un cáncer intestinal que él mismo no se dejó atender rápidamente, no pudo dirigir una segunda campaña con Washington. El mal se propagó a más partes de su cuerpo, entre ellas el colon, hígado y ganglios linfáticos que le provocaron la muerte el 3 de septiembre de 1970, a la edad de 57 años.

La NFL le rindió tributo al bautizar con su nombre al trofeo que se entrega al campeón del Súper Tazón, el Trofeo “Vince Lombardi”.

Lombardi es considerado como uno de los mejores entrenadores de fútbol americano de la historia así como una figura representativa del juego del fútbol y del espíritu ganador, de tal manera que se han elaborado numerosos documentos fílmicos y otros se están preparando  como la película que protagonizará Robert de Niro. Se ha llegado a estrenar también una obra en Broadway.

“Es fácil tener fe en usted mismo y tener disciplina cuando usted es un ganador, cuando usted es número uno. Lo que usted tiene que tener es fe y disciplina cuando usted no es aún un ganador.”