Por: Manuel Burguete Estrada
Don Daniel Malpica merece inaugurar el Salón de la Fama, que han propuesto los cronistas deportivos y colegas periodistas de Chiapas. De la dinastía de los Malpica del puerto de Veracruz, los dueños del periódico más viejo de México “El Dictamen”. Don Danielito es pionero del ciclismo en estas latitudes sureñas. Allá en el puerto jarocho inició su carrera ciclista en 1892. Se entusiasmó con los avances técnicos que habían logrado Michaux, Sivrac, Ader, Sargent y Thompson en eso de la cadena, los pedales y el cuadro, sin faltar la rueda de metal de Michelin y Meyer. La primera bicicleta que rodó tierras chiapanecas fue una de marca Aurora con llantas de hierro y luego de hule simple.
Don Daniel y el cubano Orlando Fernández fueron los primeros en tripular un 16 de diciembre de 1894 ante la algarabía de los tuxtlecos y el susto de toda la perrada del Puente Madariaga y lo que es el Parque Madero. Pepe Aguilera, Isaac Narváez y su hermano Enrique, Adán Cano y Rómulo Farrera fueron los primeros atrevidos en tripular una bicicleta. Se forma el primer Club de Ciclistas y ponen de mascota a los niños Juan Zorrilla y Cuauhtémoc Maldonado. Doña Cholita (Soledad) Trujillo es la primera mujer en mostrar la pierna en este rudo ejercicio. Las beatas se hincan y las muchachas gritaban de emoción. ¿Mostrar las piernas en esa época? ¡Santo Dios! En 1896 y sabedores por el bendito telégrafo de que Pierre de Coubertín, el papá de los Juegos Olímpicos, había incluido el ciclismo entre las competencias de la Olimpiada de Atenas, Grecia, el Jefe Político de Tuxtla Antonio Rancé promueve la construcción del primer velódromo chiapaneco que traza el inolvidable Juan Lobato, el mejor deportista chiapaneco de todos los tiempos. Se hace una carrera formal y hay abrazos y discretos besitos de mejilla. Animadísimos los fenicios, perdón, los comerciantes Eduardo Sánchez y Ciro Farrera inundan el mercado de bicicletas. Llega la “Cleveland” y luego la “Columbia”, la “Challenger” y la “Crescent”. El 5 de mayo de 1897 llega a Jovel (San Cristóbal de Las Casas) este aparato.
El señor Malpica con puro sprint de montañas se echa la ruta Tuxtla-San Cristóbal en 12 horas por un pequeño accidente: chocó contra un carruaje del Sr. Gobernador Francisco León. Sólo eso. Entra por el Puente Blanco y empiezan los gritos, los ladridos de la “chuchada” y los ayes de dolor de las beatas del Santo Sepulcro. Era el progreso que venía a San Cristóbal. El jovenzuelo Daniel Malpica hace una gira por todo el estado y contagia a los muchachos por el deporte de los pedales. En esta ciudad nuestros primeros ciclistas son los señores Domingo Paniagua y Francisco Pineda Esponda; en Comitán, Olinto Domínguez y Matías Castellanos, papá del ex gobernador Gral. Absalón Castellanos Domínguez; en Chiapa de Corzo, Raúl Marina Flores; en Cintalapa, Héctor Serrano y en Ocozocoautla, Héctor Burguete. En Tuxtla los que ya mencioné líneas arriba. A partir de 1908 la vida es más sabrosa con la bicicleta. No hay fiesta de barrio o de pueblo en la que no haya carreras ciclistas. Lindas madrinas y premios y copas. Se habla de la ruta de 200 kilómetros y la de equipos contra reloj, de la persecución individual, de kilómetro contra reloj, persecución por equipos, velocidad pura y carrera individual por puntos. Dondequiera se abren casas de alquiler de bicicletas. La de “Jonás” (Fausto Vázquez) en Tuxtla y la de don Lico Paniagua en San Cristóbal. Las más famosas. El hijo de don Lico, Argentino Paniagua, realiza una proeza ciclista el 17 de enero de 1930: recorre 80 kilómetros en 2 horas 10 minutos. Y luego se va a Tuxtla y Terán con su manager el famosísimo Hermilo Domínguez, que es la admiración de Chiapas con su potente bicicleta “La Mundial” como la que usan ahora los italianos y alemanes y soviéticos que quieren batir el récord de la hora contra reloj.
La bendita bicicleta nos ayuda cuando sufrimos nuestra primera crisis petrolera, en marzo de 1938. Cárdenas expropia el petróleo y los gringos y demás peleles no nos compran nada del oro negro.
Baja el petróleo a 8 y 6 centavos el litro. Los árabes ni sabían que tenían petróleo bajo el desierto. Tenemos ríos de petróleo propio, pero nadie compra. Escasean eso sí el lubricante “Aguilol”, el “Huastecóleo”, la “Insectina”, el “Motoceite Huasteca”. Los gringos, ingleses de Jorge VI, Su Majestad Imperial y los holandeses nos castigan con una devaluación. Se derrumba el peso de $3.60 por dólar en abril de ese año, llega en diciembre a $4.85. Los bancos ya no quieren prestarnos. Igualito que ahora. Empieza nuestra deudita y sigue la bicicleta.
Don Victórico Reynosa Grajales organiza las carreras Tuxtla–México en los años 30. Se hacen en los 40. Otra vez. En 1959 la Primera Vuelta al Centro de Chiapas. El diario “ESTO” otorga el Premio “Challenger” y el Gobierno del Estado da un premio en efectivo. Luego Juanito Sabines organiza la Vuelta a Chiapas, que ya no se ha llevado a cabo. El ciclismo es parte de nuestra historia. Hermosa historia la de la bicicleta y futuro espléndido para todos los ciclistas de hoy y mañana. Nuestros ases coletos felices. Siempre deben estarlo. Saludos a Tono Flores, a sus pequeños hijos, a don Dimas, a Paco Rosales y a todos los ciclistas del estado. ¡Éxitos hoy y siempre!
- Curiosidades y misterios de la historia chiapaneca (1987)
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