¿Huitlacoche, cuchunuc, un su pozolito, o qué va a queré?

Una mexicana que fruta vendía, ciruela, chabacano, melón o sandía, verbena, verbena… Verbenas las de los mercados, todos sus pasillos están adornados como sin querer con los vivos colores de sus productos, todos frescos como la mañana, listos para que se vayan contigo a casa.

El mercado, además de ser un verdadero espectáculo, contribuye a la economía local, el dinero que entra en él, se distribuye entre los productores, transportistas y vendedores de nuestro estado. Los beneficios que te ofrecen son muchos: los productos tienen menos componentes químicos; encuentras mayor variedad; tratándose de vendedores locales todo es más barato; si no sabes cómo preparar algo o qué necesitas para hacerlo, los sabios consejos de los locatarios te sacarán de apuros.

Hay que ver el otro lado de la moneda: los supermercados. Si bien parecen ser más atractivos y cómodos, no te dejes engañar, la mercadotecnia opera en ellos. Te has preguntado ¿por qué antes de llegar a los productos de primera necesidad, como alimentos, tienes que pasar por pasillos interminables de cosas que no necesitas? Las frutas y verduras siempre están húmedas, lo que les da el aspecto de estar frescas, sin embargo, al humectarlas constantemente sólo se está acelerando el proceso de maduración y, por lo tanto, se descomponen más rápido.

En países como Alemania existen leyes que protegen la economía local, por ejemplo se prohíbe el dumping, la venta de productos por debajo de lo que cuesta producirlos localmente. Por esto y por la mala fama con la que cuentan los supermercados en ese país europeo, en 2006 se retiró una famosa multinacional de almacenes de descuento estadounidense, después de ocho años de fracaso para incorporarse en la economía Alemana.

 Existen algunos mercados especializados, como el mercado “20 de noviembre” o mejor conocido como el “Mercado de las flores”; si de mariscos se trata la recomendación es el “Mercado del Norte”.

La decisión es tuya, compara tus opciones y el impacto que tus compras generan, en tu economía y en la del estado. Recuerda que la mejor forma de conocer un lugar es en sus mercados, es donde el folklore está de fiesta.