“Es que no me tienes paciencia.” Tal vez sea por el sistema económico capitalista en el que vivimos, que nos ha obligado a pensar que “El tiempo es dinero”, donde las máquinas y las comunicación entre más rápidas mejor. Tal vez, y sólo tal vez, es por eso que no queremos esperar ni un segundo más, al menor contratiempo perdemos la paciencia y explotamos.

Por ésta, además de otras razones, la pérdida de la paciencia parece ser un fenómeno del siglo XXI, pero ¿qué es esta palabra que siempre escuchamos y en la que rara vez reflexionamos?, según el diccionario, es la capacidad de padecer o soportar algo sin alterarse. Hoy en día por cualquier pequeñez perdemos la paciencia: porque hay tráfico, que los niños al jugar hacen mucho ruido, que gotea el grifo, porque el mesero tardó 7 minutos en traerte un café, en fin, recuerda que el que se enoja pierde.

 Una persona paciente sabe esperar a que sucedan las cosas, y no desgasta su hígado con corajes por cuestiones que no puede controlar.

Cuando la paciencia se ve perdida surge el enojo, lo que le sigue es la violencia, he ahí la importancia de mantener la calma. Si te dejas llevar por tus impulsos estos pueden generar consecuencias graves, como en el estado de Acre, Brasil, donde en los años 2011 y 2012 el 100% de los asesinatos fueron a causa de motivos banales. Según Roberto Gurgel, procurador general de ese país “Son crímenes que derivan de actitudes impulsivas o de motivos fútiles y que podrían ser fácilmente evitados si hubiese más tolerancia, calma y una actitud más pacífica”. Si tú eres de los impacientes, que siempre quieren las cosas para ayer, no te tomes la vida tan enserio, toma las cosas con paciencia.

En su cuarta visita a México, el Dalái Lama dijo acerca de la práctica de la paciencia que “Nos da una cierta paz interior, que nos permite cierto autocontrol, por lo que podemos elegir responder a situaciones de una manera apropiada y compasiva, en lugar de ser empujados por nuestras emociones inquietantes, y sobre todo nos protege del enojo”. Si en tu día a día te encuentras con un contratiempo o pequeño obstáculo, no te pongas nervioso ni pierdas la calma, toma un respiro y cuenta hasta diez.