Parque Nacional, decretado el 4 de Diciembre de 1980,  tiene una altura aproximada de 1,000 metros. Puede ser admirado por un emocionante recorrido fluvial, partiendo desde el embarcadero en Chiapa de Corzo que se encuentra a 15 Kms. de Tuxtla Gutiérrez o por el balneario de la isla Cahuaré, a sólo 7 Kms. de  la capital. Este recorrido tarda 2.5 horas, 22 kilómetros. A lo largo del paseo se pueden apreciar, bellísimas cuevas: La Cueva del Hombre, La Cueva del Silencio, La Gran Curva, La Cascada Grande; diversas cascadas y otros pequeños cañones sobre la piedra caliza. Se pueden apreciar también aves acuáticas, monos, cocodrilos y cientos de murciélagos que habitan en las cuevas y que son las especies propias del lugar, y, por último, la majestuosa construcción de la presa Manuel Moreno Torres, llamada popularmente presa Chicoasén.

Este es un recorrido por uno de los lugares más espectaculares de México y de profundo significado para los Chiapanecos. Aparece en el escudo de Chiapas, pues fue escenario de la batalla entre españoles y chiapanecas que dio origen a la leyenda que cuenta que los indígenas prefirieron lanzarse a las profundidades del cañón antes que ser dominados por los invasores.

Recorrer el cañón requiere un atento sentido de la observación, pues el interés no sólo reside en la formación geológica, sino también en la fauna, la flora y la arqueología. Desde el punto de vista geológico, se trata de una serie de fosas que a partir de su apertura original, el agua ha erosionado con el paso del tiempo. Su forma actual se empezó a modelar hace, por lo menos, 12 millones de años. A lo largo del Sumidero, es posible apreciar los estratos sedimentarios que constituyen sus paredes, las cuevas y las cascadas que han marcado su forma pétrea derivada de la disolución de las calizas. La mayoría de las cascadas son temporales; entre ellas destaca la conocida como “Arbol de Navidad”. La vegetación es abundante y varía según las condiciones de humedad, exposición al sol y tipos de suelo. En cuanto a la fauna, son abundantes las aves, pero también se pueden llegar a observar algunos ejemplares de monos y cocodrilos. A la entrada del cañón, escondidos entre los árboles, yacen los restos de un centro ceremonial chiapaneca, tal vez dedicado a Mandanda, la diosa del agua, que posiblemente fue uno de los escenarios de la conquista.