Por: Marco Antonio Zuarth

67 años de ser el lugar preferido de niños y jóvenes tuxtlecos

El Parque Morelos y el Monumento a la Bandera constituyen un conjunto que surgió bajo un mismo concepto. El parque primero fue una enorme explanada conocida como Estadio Olímpico que tenía como función principal la de albergar a las multitudes que se congregaban para rendir homenaje a nuestro lábaro patrio, como punto de inicio de desfiles y para diversos actos cívicos.

La construcción de este conjunto se hizo durante la administración del gobernador Rafael Pascacio Gamboa y fue inaugurada el 5 de febrero de 1943 por el Presidente Ávila Camacho. Tuvo un costo total de $171,669.45, de los cuales el pueblo tuxtleco aportó $57, 378.95, el Gobierno local aportó $89,290.50 y el Presidente de la República, Manuel Ávila Camacho completó los $25,000.oo restantes.

La obra fue proyectada y desarrollada por el arquitecto Juan F. Olaguíbel y la decoración con elementos de la cultura maya estuvo a cargo de los arquitectos Francisco y Gabriel D´Amico.

El significado del monumento es la unidad de Chiapas a Federación Mexicana, la hermandad los chiapanecos y los mexicanos, teniendo como testigo y como la más alta dignataria a la Bandera Nacional.

La explanada tenía 250 metros de largo por 80 de ancho, con un graderío en el que cabían cómodamente sentadas 6 mil personas; ahí se desarrollaron innumerables eventos deportivos.

Para 1964, en el último año del gobernador Samuel León Brindis, se construye el Parque Morelos, adquiriéndose para su ampliación dos terrenos aledaños a un costo de $78,000.00. Con esta ampliación el parque tuvo una superficie de 22 mil metros cuadrados.

Con un diseño muy moderno que aprovechó muy bien los desniveles, tuvo dos áreas para paseantes, “…estando circulando por una calle de once metros  de arroyo con sus correspondientes banquetas de dos metros de ancho. Cuenta con 150 bancas, con dos metros de ancho. Cuentas con 150 bancas con dos locales en el centro –lo suficientemente amplios- para servicios de cafeterías y refresquerías; en el fondo una fuente monumental de 66 metros de longitud dotada de dos bombas eléctrica de ocho pulgadas cada una, para el sostenimiento de la cascada; una pista de patinar tamaño reglamentario y diversos juegos infantiles; cuenta con 16 arbotantes sobre la calle que lo circunda y 46 farolas de luz mercurial, dotación de sonido para el futuro, para lo cual se dejaron las instalaciones correspondientes… Toda esta obra implicó una erogación de 1,415, 632. 17, hasta el 30 de septiembre último…”.

Al frente del parque se localizaba el Palacio de la Cultura –hoy edificio de Rectoría del UNICACH- al cual también se le construyeron las banquetas interiores y exteriores, se reforestaron sus jardines y se le dotó de iluminación moderna.

Ahora nuevamente este espacio tendrá una nueva fisonomía y será la principal obra pública para festejar los centenarios. El concepto continúa siendo el mismo, pero ahora la obra es más integradora, amplia y con una arquitectura contemporánea, acorde a los nuevos tiempos, en el cual el centro fundamental seguirá siendo nuestro querido Monumento a la Bandera.