El mito urbano que está más cerca de lo que pensamos

Si bien es cierto que nadie sabe lo que tiene hasta que lo ve perdido, también nadie sabe lo que se siente hasta que le pasa, ese es el caso de las hemorroides, sólo quienes las han tenido saben lo dolorosas que son y sin lugar a dudas no desean volver a tenerlas. Aunque hay muchos dimes y diretes sobre ellas, es necesario que sepas: qué son, qué las causa, cómo evitarlas, y si las tienes, qué hacer.

Para empezar tienes que saber que no son contagiosas, todos tenemos venas en el conducto anal que regulan el paso de las secreciones, el problema está cuando éstas se inflaman, causando gran dolor y en casos severos es necesaria la intervención quirúrgica. Suena feo, pero se pueden tomar muchas medidas preventivas.

Primero hay que identificar lo que las ocasiona y reducir nuestro nivel de riesgo. Una de las principales causas es el mal régimen alimenticio que origina ya sea estreñimiento o diarrea, lo cual termina dañando las venas anales. Otra causa es el esfuerzo anormal al expulsar las heces, que se puede ocasionar por el sedentarismo o el exceso de peso.

Durante el embarazo, el útero ejerce presión sobre las venas del ano, mientras que el esfuerzo del parto también las lastima.

Evitar las hemorroides es cuestión de tres pasos: 1) dieta balanceada, comer fibra, evitar los irritantes, tomar dos litros de agua al día; 2) ejercicio, ayuda a mejorar el tránsito intestinal; 3) satisfacer las necesidades de evacuación a tiempo, al retrasar la ida al año se entorpece la digestión.

Aunque no hay cifras exactas,  se calcula que el 70% de la población padece o ha padecido hemorroides

Hay muchas recomendaciones para que sus efectos se reduzcan, como son tomar baños de asiento con agua tibia o aplicar alguna de las cremas anti-hemorroides que se obtienen en farmacias, pero la mejor recomendaciónes que acudas al médico, no lo dejes pasar porque si no, el bisturí te estará esperando.