En medio de un escenario de selvas altas siempre verdes y de un río sinuoso se localiza Yaxchilán, zona arqueológica famosa por su arte escultórico plasmado en estelas y dinteles.

Notable por su gran número de monumentos con inscripciones de calidad excepcional, se encuentra inmerso en un espeso manto de bosques tropicales a orillas del río Usumacinta. El desarrollo de esta ciudad sucedió entre los años 350 al 810.

Localizada en la margen izquierda de una renuente curva del Usumacinta, se encuentra elevada más de diez metros sobre el nivel medio del río, ocupando una posición central en la Selva Lacandona. Su origen se remonta a unos dos mil años, cuando un grupo de hombres se establecieron formando una aldea que al paso de los siglos, transformaron en una de las ciudades más bellas y poderosas de la Cuenca del Usumacinta.

La superficie de la ciudad es muy extensa pero su visita se restringe actualmente a parte de La Gran Plaza, La Gran Acrópolis, La Acrópolis Pequeña y La Acrópolis Sur. A La Gran Plaza se accede a través del Edificio 19, conocido también como El Laberinto, a causa de la complicada distribución de sus cuartos. En varias de las construcciones se encuentran todavía los dinteles que narran la historia dinástica de la ciudad. Sobresalen los Edificios 12 y 22.

La emoción acompaña el ascenso por la escalinata que comunica a La Plaza con la Gran Acrópolis, presidida por el magnífico Edificio 33, el más soberbio de la ciudad. La crestería, su escalera jeroglífica, los dinteles y la escultura decapitada del Pájaro Jaguar IV en su interior, son sus características mas destacadas. Fue durante el régimen de este gobernante cuando Yaxchilán alcanzó su fisonomía y consolidó su hegemonía. Una leyenda Lacandona cuenta que cuando la cabeza de Pájaro Jaguar vuelva a su sitio, el mundo será devastado por los jaguares celestes.

Por senderos cortados a través de la selva, se llega a La Acrópolis Sur y a La Pequeña. En la primera, dentro del Edificio 40 hay restos de pintura mural. Dos plazas integran La Acrópolis Pequeña, entre las que destacan por sus inscripciones, los Edificios 42 y 44.

La barrera natural formada por el Usumacinta protegió a la ciudad de la invasión extranjera. Sin embargo, durante la temporada anual de lluvias, Yaxchilán se convertía en una isla por la creciente del río. Es por esto que construir una forma de pasar por sobre el río durante todo el año se convirtió en una absoluta necesidad para poder tener comunicación durante todo el año.

ACTIVIDADES

Aparte de poder satisfacer su interés arqueológico, podrá tener la oportunidad de realizar actividades ecoturísticas y fotográficas dentro de un espléndido escenario de selvas altas siempre verdes, que cobijan este magnífico sitio.

RECOMENDACIONES

Le sugerimos utilizar vestuario fresco y calzado cómodo debido al clima caluroso que ahí predomina; asimismo, debido a su ubicación, conocer este lugar puede causarle ciertas incomodidades físicas, por lo que le recomendamos ir preparado para cualquier eventualidad que pudiera presentarse. Requerirá de un permiso especial para tomar fotografías de tipo comercial, el cual le será otorgado en el Museo Regional del Instituto Nacional de Antropología e Historia.

UBICACIÓN

Ubicado a 173 kms. de Palenque, partiendo primero por carretera federal 199 y después por la Fronteriza del Sur, hasta el crucero Corozal; desde aquí se transita por un desvío de 13 kilómetros que conduce finalmente a Frontera Corozal, en donde se abordará la lancha en un recorrido de aproximadamente una hora, para arribar a la zona arqueológica. Otra alternativa de viaje es la que ofrecen las avionetas de transporte regional cuyas bases de operación son Palenque, Ocosingo y Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

Horarios, costos y contacto.

Lunes a domingo: 10 a 17 horas. Costo aproximado: $38.00 por persona

Contacto: Tel. 01 916 3483406, 916 87920