HISTORIA

José Vasconcelos fue, sin duda, un tipo virtuoso pero olvidadizo. Lo fue al menos al definir a la “raza de bronce” como el resultado de dos mundos encontrados: América y Europa. Y fue así como al célebre educador mexicano se le perdió un continente: África.

Pero don Pepe fue apenas otra víctima de un olvido que ha durado siglos: nuestra tercera raíz, nuestra herencia africana; la misma que nos dio marimba, sones, poesía y, desde luego, genes.

Genoma

La decodificación del genoma mexicano, desarrollada por el Instituto Nacional de Medicina Genómica (INMEGEN), intenta crear –dice un artículo de CNN–, “un sistema para comprender mejor la arquitectura genética surgida fundamentalmente del mestizaje”.

Según esa investigación, la población mexicana posee, en promedio, 2% de genes de origen africano; pero en algunos estados como Guerrero y Veracruz la proporción llega hasta 15%. No es un dato trivial. Además de contribuir a ser mejor diagnosticados y tratados con base en nuestra predisposición genética, esta información nos ayuda a comprender mejor nuestra cultura, e incluso nuestro ser como pueblo.

Reconocernos

Hace algunos años, autoridades del Aeropuerto Internacional del DF detuvieron a una familia, la cual fue interrogada y aun obligada a cantar el Himno Nacional. ¿La razón? No creían que fuese mexicana. ¿Cómo iban a serlo, si tenían la piel oscura y el cabello muy rizado? Pero lo eran.

He ahí por qué es importante empezar a reconocer nuestra diversidad. Para no perpetuar un olvido injusto y reconocernos de muchas otras maneras de las que hasta hoy la historia oficial nos ha querido contar.