La bebida de los dioses

La mejor temporada para visitarlas

De julio a noviembre, el paisaje es verde y a ratos parece Italia o Irlanda. Los campos están sembrados en su mayoría de cebada, que toma unos hermosos tonos muy intensos.

El rumbo de Apan –donde se juntan los estados de México, Hidalgo y Tlaxcala- es uno de los mejores del país para encontrar magníficas haciendas. Fue el corazón de la industria pulquera y en la primera mitad del siglo XX.

El pulque, ha perdido gran parte de su mercado en las últimas décadas. Sin embargo, docenas de casos de cascos de las haciendas productoras de pulque se mantienen en pie. Visitarlas es una experiencia única.

A unos 18 kilómetros de Ciudad Sahagún está la Hacienda Real San Miguel Ometusco. Aunque en realidad queda en el Estado de México, es una buena manera de completar el tour pulquero, pues lo que hoy es un muy agradable parador turístico fue una próspera hacienda pulquera virreinal y porfiriana.

Al suroeste de la ciudad de Apan, en el pueblo de Emiliano Zapata, está la hacienda de San Lorenzo, que puede visitarse de lunes a sábado. La construcción está semirruida y hoy es un  rancho ganadero. Aún pueden verse la casa principal, la capilla y el tinacal, es decir, el recinto en donde se reunía el aguamiel recolectado cada mañana para fermentarlo.

Al sureste, por una carretera que rodea el cerro del Chulco, están las haciendas de San Juan Ixtilmaco, que hoy es una escuela agropecuaria, y de San Antonio Tocha, en el pueblo de Lázaro Cárdenas.

Al norte de Apan, por la carretera a Santa Cruz, están Espejel y Tlalayote. No están abiertas a visitas, pero su mayor atractivo es su aspecto exterior, que justifica con creces el porqué se les llamó a estas haciendas los “palacios de pulque” los remates de los torreones, al extremo de la casa grande, son meros elementos decorativos para verse de frente.

San Antonio Tocha, una hacienda antigua con una bien conservada capilla porfiriana, no es de las más vistosas, pero sí la última que produce pulque. Aunque no recibe visitantes, el encargado no se enojará si llega  por ahí a comprar pulque. Cuesta más barato que el agua embotellada, quizás una de las causas por las cuales la industria quebró. Se lo servirán directamente de las tinas, que aunque ya no son de piel de res, siguen produciendo un pulque maravillosamente fresco y ligero.

La hermosa hacienda Santiago Tetlapáyac, donde se filmaron La máscara del Zorro  y legendaria película de Sergei Eisenstein ¡Qué viva México!. La capillita de origen virreinal es un encanto barroco plagado de angelitos, el tinacal está adaptado como museo y tiene los murales que en 1921 pintó Ernesto Icaza, “el charro pintor de charros”, con escenas de las haciendas pulqueras.

En donde comer…

En Apan, La Crema y Nata es un pequeño restaurante de carnes. Su filete Crema y Nata se prepara con mostaza, vino blanco, especias y queso manchego gratinado. Tiene pequeña carta de vinos tintos y el café se puede escoger para que lo muelan al momento de prepararlo.

En ciudad Sahagún está Mi Ranchito, un restaurante de carretera limpio y cómodo, ideal para probar platillos locales como los mixiotes, los gusanos de maguey y los escamoles.

¿Como llegar?

Se llega desde el norte por las carreteras que vienen desde Pachuca y pasan por la zona conurbada de Ciudad Sahagún y Tepeapulco. Para llegar a tales carreteras sin pasar por Pachuca, tome la autopista México – Tualcingo que la intersecta unos 17 kilómetros antes de dicho nudo urbano. De la Ciudad de México a Tepeapulco son 96 kilómetros; desde ahí hasta Apan, 16.

Desde Puebla, Tlaxcala y el sureste del país se puede llegar por las ciudades tlaxcaltecas de Calpulalpan y Tlaxco: la primera vía es toda pavimentada, pero de tráfico pesado; la segunda es de tráfico ligero, pero con muy mal pavimento.

El pulque constituyó una de las riquezas de Hidalgo durante varios siglos y dejó a la posteridad la infraestructura de las grandes haciendas que hoy integran una ruta cultural de gran atractivo.