¡Pizza!

GASTRONOMÍA

Un antojo con mucha historia

Probablemente, la fast food más extendida en el mundo, la pizza es hoy tan popular como lo fue en el siglo XVII. Y aunque impreciso, su origen es mucho (pero mucho) más antiguo. Tal vez habría que buscarlo en la focaccia, alimento de los soldados romanos que se remonta a los antiguos etruscos; en la Pita griega, tan relacionada con la turca Pide y, quizá, hasta en el Paratha de la India y el Injera africano.

No obstante, la actual pizza tuvo que esperar que tres acontecimientos la hicieran posible: Primero, el advenimiento de las ciudades modernas italianas, donde se la consideraba un alimento de pobres (hubo reyes que hasta se disfrazaban de plebeyos para poder comerla: Fernando I, por ejemplo). En segundo lugar, el descubrimiento de América. ¿O de dónde creías que sacaron los europeos el tomate? Y por último, el uso del queso como ingrediente principal, pues aunque el queso es uno de los alimentos más antiguos de la humanidad, no fue sino hasta el siglo XVIII que a algún genio napolitano se le ocurrió agregarlo a la receta de la pizza.

De hecho, se considera que la primera pizzería del mundo es la Port’Alba, en Nápoles, quienes empezaron a producir pizzas en 1738. Y en 1830, popularizaron el método de venderla fuera de las pizzerías como un alimento para transeúntes, además, adaptable a la economía: si va bien, los ingredientes pueden ser caros; pero si no, se le ponen ingredientes más baratos y la pizza sigue siendo rica.

Hoy día, incluso, hay una Escuela de la Pizza de donde han salido muchos de los mejores pizzeros que Italia exporta a todos lados, para gran satisfacción del mundo. Buon appetito!