El síndrome de Down es una alteración genética que se produce por la presencia de un cromosoma extra –o una parte de él– en el par 21 (en total son 23). Por ello, también se conoce como trisomía 21.

Es importante recordar que no es una enfermedad. Las personas con síndrome de Down poseen algunas características comunes, pero cada individuo es singular, con apariencia, personalidad y habilidades únicas.

Los niños afectados por el síndrome de Down suelen tener problemas de aprendizaje y tardan mucho más tiempo en aprender a hablar y a cuidar de sí mismos. Pero, a pesar de ello y con la ayuda adecuada, pueden asistir a escuelas ordinarias, hacer amigos, disfrutar de la vida y conseguir trabajo cuando sean mayores. Recibir ayuda especial lo antes posible es la clave para que lleven vidas más saludables, felices e independientes.

En diciembre de 2011, la Asamblea General de la ONU designó el 21 de marzo como Día Mundial del Síndrome de Down. Esta celebración pretende aumentar la conciencia pública y recordar la dignidad inherente y valiosas contribuciones de las personas con discapacidad intelectual. También quiere destacar la importancia de su autonomía e independencia individual; en particular: la libertad de tomar sus propias decisiones.

Este año, la Conferencia del Día Mundial se basará en el artículo 27 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, que reconoce el derecho de las personas con discapacidad a trabajar en igualdad de condiciones que los demás. Ello incluye la oportunidad de ganarse la vida mediante un trabajo libremente elegido, en un mercado y entorno laborales abiertos, inclusivos y accesibles a las personas con discapacidad.

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