Fulano, fulana y el “consentido” Llevan 12 años de casados. Se llevan bien; hasta eso, se quieren. Acaban de llegar de disfrutar una deliciosa cena en un nuevo restaurante, en compañía de buenos amigos. Corrió el buen vino, que ayuda a desatar las risas… fulana se ve muy guapa; se antoja una noche de amor loco.

Llegan a su casa, ella como todos los días, se dirige al baño para “ponerse cómoda” y quitarse el maquillaje. La espera es larga… “¿porqué habrán inventado que para quitarse el maquillaje existen tres cremas distintas?”, él se pregunta desesperado. Finalmente se abre la puerta y ella sale. “¡Qué frustración! – dice dentro de sí… – ¿Otra vez tu consentidito? ¡Caramba! ¿qué no puedes ponerte algo un POQUITO más sexy? ¡Pero si hasta con calcetines te apareces!” vocifera el exaltado hombre. “Bueno, es que me da frío”, se defiende ella; y más bien fríos le quedan los ánimos al individuo en cuestión.

El consentidito. Definitivamente, es una triste realidad que la mayoría de las mujeres se congelan al acostarse: Los pies se les ponen como paleta helada, y la causa de esto suele ser que, peor que un vampiro, quien hace las visitas nocturnas al dormitorio conyugal sea el precisamente terrible “consentidito” que puede consistir de pants, o el típico camisón de franela acolchada y los calcetines gordotes. En verdad nadie tiene la culpa… pero sea lo que sea los caballeros tienen la razón.

Para muchos hombres lo peor es que el caso del “consentidito” no solo se presenta con el frío, pues muchas veces la mujer se queda indispuesta y cuando llega el calor por las noches le asaltan también aquellas tremendas playeritas estampadas.

Las prendas para los hombres son como vitaminas para el alma y cuando el tedio ronda por la casa, nada como refrescar a la pareja, quitarle lo acartonada y descubrirle lo atrevida. Nada como permitirse disfrutar de ese maravilloso cosquilleo del deseo.

Femenina Intimidades

3a. Nte. esq. 6a. Pte. 671-D, Centro, Tuxtla Gtz., Tel. 611 38 86