INSÓLITO

Te encuentras solo en casa y mientras te preparas algo de comer se apaga la televisión, haces la pregunta obligada: ¿Quién está ahí? Cuando llegas al lugar no encuentras a nadie, pensar que pudo haber sido una descarga eléctrica alivia tus pensamientos,  al encender de nuevo el televisor, tu mayor temor se hace realidad: en la cocina tiran un plato, al girar la cabeza sólo ves una sombra que eriza tu piel y al observarla atravesar la pared del corredor sientes un escalofrío recorrer tu cuerpo. Sí, era un fantasma.

Creas o no, en algún instante de tu vida puedes llegar a sentir que te observan y tal vez sea un fantasmagórico ser.

Se presentan de muchas formas, como sombras obscuras o blancas, algunas casi traslúcidas, como figuras humanas que flotan con rostos poco definidos. Es común escuchar que en alguna antigua edificación se producen ruidos extraños, las cosas parecen cobrar vida y moverse por sí solas, olores del que se desconocen su origen, incluso agresiones físicas. A estas percepciones que no pueden ser explicadas por la lógica o la ciencia se les denomina poltergeist. Los parapsicólogos aseguran que las energías que producen estos fenómenos son fantasmas.

Se presentan de muchas formas, como sombras obscuras o blancas, algunas casi traslúcidas, como figuras humanas que flotan con rostros poco definidos. 

Los espectros se pueden reflejar en espejos, aparecer inmersos en fotografías o en grabaciones de video, que no era su fin último captarlos. Cuando las voces del más allá quedan registradas en grabadoras de audio se le conoce como psicofonía (sonidos que los expertos en la materia analizan). Estas misteriosas almas ya no se encuentran por completo en el plano terrenal, pero al parecer tienen asuntos pendientes que los mantienen unidos a una casa, edificio, hospital, hotel, cementerio, etc., y son lo que comúnmente se les llama “lugares encantados”.

Algunos científicos que estudian el tema dicen que estas experiencias paranormales, no son espíritus penitentes sino impresiones de energía psíquica que libera una persona al morir de forma traumática (por suicidio o asesinato), son tan potentes que pueden ser percibidas por personas susceptibles a ellas.