PSICOLOGÍA

Lic. Ariadna Santiago Navarrete | Psicóloga CON MAESTRIA EN SEXOLOGÍA EDUCATIVA;

MANEJO Y SENSIBILIZACION DE GRUPOS

Muchas de las cosas que nos hacen sufrir no tienen que ver con los hechos en sí, sino con la interpretación que hacemos de los mismos, un divorcio entonces puede ser el mejor de los sucesos en ese momento de la vida o el peor de los acontecimientos en la misma.

Una de las formas de cerrar sanamente con esta etapa, está estrechamente relacionado con iniciar un camino, el cual puede estar lleno de enojo, tristeza, frustración, palabras no dichas o silencios eternos, un estado emocional devastado y una aceptación que quizás no llega.

“Te quise mucho. Tú me diste muchísimo y lo honro. Por aquello que entre nosotros resultó mal, yo asumo mi parte y te dejo la tuya. Y ahora te dejo en paz…” Bert Hellinger

¿Cómo seguir sin ti?, ¿cómo seguir sin mí?, la primera y noble verdad es que el dolor es inevitable, mientras que el sufrimiento es opcional, pelearte con tu experiencia, no la va a cambiar al contrario le va a dar mayor fuerza y resistencia. Más allá de tu decisión o de la voluntad de la otra persona, la separación ya ocurrió; lo que estaba … No está más.

Y ¿entonces? Ya no más huidas, sino despedidas, la amorosa comprensión de tu dolor y el respeto a la relación que hoy ya no está, pueden ser dos elementos necesarios para tu sanación. Lograr conectarte con lo que realmente te está pasando en este momento, reconocerlo, expresarlo, entenderlo y resignificarlo ayuda a poder mirar, lo que el otro o la otra dispara en ti, el divorcio está ahí y el significado se lo pones tú.

Perdonarte y perdonarme, libera mi corazón y mi alma

Cada evento de nuestra vida contribuye a nuestro crecimiento, aunque en este momento cualquier frase o comentario suene hueco, cerrar un ciclo es un regalo, no para la otra persona, sino una profunda necesidad para ti.

Separarse de una pareja, puede parecer temporalmente como navegar sin rumbo, sin embargo hay una brújula interna que te indica el camino, descansa y toma tu tiempo para continuar, quizás no sepas para donde dirigirte, confía en tu intuición, ella sabe a dónde llevarte. Sólo si nos animamos a atravesar el duelo, con cada una de sus etapas (pasando necesariamente de la negación a la rabia y de la negociación hasta la aceptación) llegaremos a enriquecer la experiencia de la ausencia y del dolor que sentimos.