Por: Jorge Alejandro Sánchez
Humberto Gamboa Montoya, tuxtleco de nacimiento y avecindado en el estado de Sinaloa desde hace más de sesenta años, perteneció al famoso “Escuadrón Aéreo de Pelea 201”, también llamado “Escuadrón de Caza 201” conocido como las “Águilas Aztecas”, lo cual debe ser orgullo para todo tuxtleco y chiapaneco. Con sus compañeros participaron de manera directa en la Segunda Guerra Mundial en Filipinas contra japoneses. Don Humberto nació en “Barrio Nuevo” en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, el 24 de noviembre de 1919. Hijo de don Arturo Gamboa Lazos y doña Fausta Montoya. Su ascendencia paterna fue de índole militar, pues su abuelo José Patrocinio Gamboa participó con el grado de capitán en el “Batallón de Voluntarios Hijos de Tuxtla” y, con el paso del tiempo, alcanzó el grado de mayor en las fuerzas rebeldes “mapachistas”.
Encontramos también a don José Manuel Gamboa, quien por azares del destino no fue gobernador del estado allá por 1869; a sus tíos Cenobio y Teodocio Gamboa, quienes participaron en el Batallón Chiapas en la defensa de la patria en el estado de Puebla, contra la intervención francesa. Por línea materna, su bisabuelo Efrén Lazos, también participó en el sitio de Puebla (1863). El padre de don Humberto, Arturo Gamboa Lazos, fue mapachista y al terminar la guerra contra los carrancistas en el estado de Chiapas, emigró a la Ciudad de México para estudiar la carrera militar, donde llegó a ser general, radicando en el estado de Sonora. Don Humberto Gamboa, siguiendo su ejemplo, también abrazo la carrera de las armas.
Estuvo en el 19 regimiento de caballería en Celaya, Guanajuato, después en el 39 batallón de infantería en Aguascalientes. En 1941 entra al Heroico Colegio Militar, donde pidió su cambio a la Escuela Militar de Trasmisiones. Allí realizó estudios de radio operador de 1942 a 1944. Al declarar la guerra a las naciones del Eje el presidente de la República Mexicana general Manuel Ávila Camacho, por haber hundido en el golfo de México submarinos alemanes a los barcos mexicanos Potrero del Llano el 13 de mayo; el Faja de Oro el 20 de mayo; el Tuxpan el 25 de junio; las Choapas el 27 de junio; Oaxaca el 27 de julio y Amatlán el 4 de septiembre de 1942, salió la convocatoria para la formación del Escuadrón Aéreo 201, instituyéndose, además, el servicio militar nacional obligatorio. Participa en esa convocatoria habiendo pasado los duros exámenes en virtud de su excelente condición física, pues desde su estancia en el 19 regimiento practicaba equitación, salto de altura, básquetbol, beisbol, entre otros deportes.
Fue así como en unión de 30 pilotos y 299 de personal salieron de México, un 24 de julio de 1944, en el tren Presidencial “El Olivo” entrando a los Estados Unidos por Nuevo Laredo, llegando de noche a la base Randolph Feield, cerca de San Antonio, Texas. Ya instalados, el ejército estadunidense los dividió según la especialidad de cada uno de ellos. Recuerda que en la prueba de tiro fueron descalificados 2 pilotos y 6 elementos de tropa, quienes fueron regresados a México. Se escogieron 25 aviones P-47 Thunderbolt “El Relámpago” que era el caza bombardero que contaba con las características idóneas en ese tiempo para el combate requerido.
En un principio el Escuadrón 201 estaba destinado para ser enviado a Europa, pero ante la rendición de Alemania se decidió que fueran al pacífico en la línea del archipiélago de Filipinas para combatir a los japoneses en la liberación de la isla madre Luzón en 1945.
El grupo estaba debidamente adiestrado en aprendizaje e identificación de todas las aeronaves alemanas, italianas y japonesas, en características, aerodinámica y técnica de combate. El escuadrón sirvió en observaciones, bombardeos y ametrallamiento de posiciones enemigas, vehículos en comboy y emplazamientos de artillería en Filipinas y Formosa (hoy Taiwan). El campamento de don Humberto Gamboa estuvo en plena selva bajo árboles de más de 50 metros de altura, donde el calor era un infierno. Para evitar que se deshidrataran les daban una dotación de pastillas de sal y para contrarrestar el paludismo pastillas de asebrina a base de quinina. De noche los combates se escuchaban cerca, tenían mucha ansiedad, pero él estaba siempre dispuesto a la lucha. Recibimos a los enemigos al que vencimos en unión de los aliados, nos dice. La tensión era diaria. Los aviones se oían a cada rato. A su regreso de esa conflagración mundial, fueron objeto de reconocimientos por parte de Estados Unidos y en México, se les dio el ascenso al grado inmediato superior, se les otorgó la “Medalla del Lejano Oriente”; “Legión de Honor de México”; medalla de la Liberación de la República de Filipinas. El 26 de noviembre de 1953 en el Diario de Debates de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, turnaron a las comisiones la solicitud de la Secretaria de Relaciones Exteriores a fin de que se otorgara permiso Constitucional necesario a los miembros del escuadrón 201 para que sin perder la ciudadanía mexicana pudieran aceptar y usar una condecoración extranjera de la república de Filipinas.
En 1946, se licenció del ejército. Empezó a estudiar y trabajar en el magisterio, donde se tituló como maestro de primaria (matemáticas y física). Fue profesor de educación física 20 años; subdirector en la escuela “Guillermo Prieto”; fundador de la secundaria federal número 2 en la colonia 20 de noviembre y en la escuela federal número 1 como director hasta 1991; también fundador de la escuela preparatoria federal “José Vasconcelos”; en 1993 se jubiló con júbilo. Su labor docente la realizó en Sinaloa, donde radica. En Estados Unidos y Europa, las autoridades y la población civil reconocen a sus héroes de guerra, festejan con ellos, pero desafortunadamente en México muy pocos saben de las personas que integraron el “Escuadrón de Caza 201”. Existen escuelas, calles, avenidas, colonias, que llevan ese nombre, pero de sus integrantes no saben gran cosa. Son héroes desconocidos.
Los que han fallecido están olvidados, e incluso, algunos hasta creen que no llegaron a participar en el evento, sin embargo, las Águilas Aztecas en el mes de junio de 1945 efectuaron 232 ataques al enemigo, arrojaron sobre posiciones enemigas 46 bombas. En Manila, Filipinas, en una de sus calles se develó una placa en honor al Escuadrón 201.
En el panteón municipal de la ciudad de Tapachula, Chiapas, al parecer están enterrados dos integrantes de aquel famoso escuadrón. Sería justo y necesario que nuestras autoridades civiles y militares, reconocieran los méritos a un hombre, que ante todo tuvo como madre a la Patria e hizo historia junto con otros héroes que han pasado a ocupar su puesto en la eternidad. Don Humberto Gamboa es “Águila Azteca” y una leyenda viviente al haber participado en el legendario Escuadrón 201, injustamente desconocido en Chiapas.
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